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Con faldas y a lo loco - Filmfilicos, Blog de cine

Mi top 5 de comedias es en blanco y negro, y las tres primeras no tienen un orden específico; más bien conforman una especie de bloque en el que los tres filmes conviven en paz y armonía: Arsénico por compasión, de Frank Capra, y Uno, dos, tres y Con faldas y a lo loco, del genial Billy Wilder. Llamadme anticuada, pero donde se ponga una buena comedia clásica que se quiten los resacones.

Siempre he pensado que lo de Wilder con las comedias es una especie de simbiosis en la que el director (y guionista) era capaz de fagocitar cualquier género, dotarlo de un humor mordaz y afilado, y así convertir en universal e inolvidable una crisis de la mediana edad (La tentación vive arriba), el ocaso de un detective (La vida privada de Sherlock Holmes), o incluso las desventuras de un pobre currante enamorado de la amante de su jefe (El apartamento).

Con faldas y a lo loco - Filmfilicos Blog de cineEn Con faldas y a lo loco, Wilder hace lo propio con una historia de gángsters, inspirada en un hecho real: la matanza de San Valentín, supuestamente ordenada por Al Capone para eliminar al jefe de uno de sus clanes rivales en Chicago, y que se saldó con seis muertes. El director nos presenta a Joe (Tony Curtis) y Jerry (Jack Lemmon), dos músicos que son testigos de la matanza y que para evitar caer en manos de la mafia deciden enrolarse con una banda de jazz que se dirige a Miami. Pero para ello tendrán que solventar un pequeño problema, y es que dicha banda está compuesta exclusivamente por mujeres. Temiendo por sus vidas, Joe y Jerry se convierten así en Josephine y Daphne, y se integrarán entre las chicas con tal suerte, que ambos caerán rendidos ante Sugar Cane (Marilyn Monroe), la cantante y ukelelista. A partir de ese momento, se sucederán todo tipo de enredos y situaciones imposibles que nos arrancarán un buen puñado de sonrisas y carcajadas.

A pesar de haber sido rodada en 1959, Wilder insistió en evitar el color. Sabía que los maquillajes de Curtis y Lemmon cantarían por bulerías en Technicolor y pantalla grande, con el riesgo de sacar a los espectadores de la película. Aunque según dicen las malas lenguas aquella decisión no fue muy del agrado de Monroe, sin duda fue acertada, ya que ambos actores lucen perfectos en sus roles femeninos.

Desde luego el trío protagonista, al que debemos sumar al secundario Joe E. Brown (como el entrañable millonario Osgood Fielding III) constituyen una mano de dobles parejas ganadora. Según el propio Wilder, el rodaje e incluso la relación entre los protagonistas (especialmente en lo concerniente a Marilyn), fue bastante difícil. Nada de eso se se deja ver en el filme. Las interpretaciones son simplemente de lujo, y transmiten diversión y ternura en cada plano. La actuación de Marilyn, que por desgracia siempre pensó que nunca estaba a la altura a nivel interpretativo, es perfecta, intuitiva… sencillamente brilla ante la cámara. Lemmon y Brown, por su parte, nos obsequian con un humor basado en miradas y gestos irresistibles. Y Curtis, que termina haciendo triplete, clava cada uno de sus papeles con indudable eficacia.

Con faldas y a lo loco 3

Wilder también demuestra ser un adelantado en cuanto a la reflexión que nos ofrece sobre los roles femeninos. Si bien Sugar Cane (Monroe) es el arquetipo de rubia con poca sesera, el personaje de Daphne (Lemmon) pronto se conciencia de las desventajas e incluso las pequeñas humillaciones que implicaba ser una mujer en la primera mitad del siglo pasado. Su forma de enfrentarse a ello, incluso de verbalizarlo, lo convierten en un personaje que adelanta la revolución que la mujer iba a comenzar a protagonizar en los años sesenta.

Si todavía no habéis visto esta genial comedia, no os lo penséis dos veces, disfrutaréis de cada escena, y os llevaréis el recuerdo de uno de los mejores finales de la historia del cine.

La nota de filmfilicos
Autor/a
(AKA )
Descripción: Cuando era una niña odiaba las matemáticas, me encantaban las canciones en inglés, leía a escondidas, merendaba donuts blancos, me inventaba historias, coleccionaba Barbies y si me preguntabas que dónde quería ir mi respuesta invariablemente era "al cine". Debido a mi complejo de Peter Pan, a estas alturas puedo seguir dando por válidas todas las afirmaciones anteriores. Por desgracia, ahora los donuts me engordan y las cuentas que tengo que hacer son para llegar a fin de mes. Frase: #piensoenpelisluegoexisto

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