Conan El Bárbaro (2011)

Os lo conté en su día en este mismo blog cuando abordé películas como Conan el Bárbaro, Conan el Destructor, o Solomon Kane : las obras de Robert E. Howard no se han llevado con todo el éxito que se esperara al cine. Esto, por las primeras, podría haber sido buena excusa dado los escasos recursos con los que contara en la década de los 80. Pero a día de hoy debería ser bastante difícil de que aconteciera ¿no? Bueno, ahora os lo cuento.

Hace mucho tiempo, en el viejo continente de Hyboria, un niño cimmerio nació en la batalla. Este se llamaba Conan y tenia el coraje y voluntad más grande de toda la aldea, por lo tanto su padre Corin (interpretado por Ron Perlman)  le instruyó en el arte de la guerra. Pero antes de que acabara de formarse y recibir su espada forjada para la ocasión la aldea es masacrada por el malvado rey Khalar Singh (Stephen Lang), quien busca el último pedazo de una antigua corona con un terrible poder que le haría inmortal. El único superviviente de esa aldea es Conan, al que se le quedan grabados en la memoria los culpables de la masacre de su pueblo. Años después Conan (Jason Momoa) es un fornido y temible guerrero que se vuelve a encontrar en el camino de los asesinos de Cimmeria. Es hora de cobrarse su venganza, y de paso salvar a toda Hyboria en el intento.

Como decía al principio de la entrada, con el paso del tiempo se podría haber abordado mejor una película de esta índole sobre todo si el universo cuenta con un rico bestiario, y muchas dosis de magia. Lamentablemente si se apuesta todo por un 3D (que a día de hoy sigo viendo innecesario en el cine) baratillo e insulso los efectos especiales pierden verosimilitud. La música que no estuvo tan mal en sus anteriores entregas aquí es un ejercicio por intentar emularlo, pero queriendo llevarlo un poco más allá en cuanto a la épica que puede ofrecer una película de espada y brujería tristemente sin ningún acierto.

El reparto ya se vio de antemano que no apuntaba muy alto. De todo el elenco salvaría a Ron Perlman, y me duele ya que Stephen Lang no suele interpretar tan mal, pero aquí lo veo sobreactuado y como un villano de opereta. Con Jason Momoa no tenia mucha esperanza en el aspecto interpretativo, y así fue; de hecho veo más a Conan en su papel de Khal Drogo en Juego de Tronos que aquí. Y lo que también es una pena son los papeles femeninos de la cinta, ya que aunque tendrían que haber tenido más protagonismo las relegaron a un inmerecido segundo plano. El director del largometraje es Marcus Nispel, quien repasó algo más las obras originales de Robert E. Howard que en sus antecesores en el cine, pero no por ello tuvo más tino a la hora de plasmarlo.

La verdad es que el inicio de la película, contando los orígenes de esta época y la juventud del personaje, es bastante entretenida, pero se desinfla enseguida. Esto tiene casi toda la culpa unos diálogos y situaciones de lo más absurdos, y unas escenas de lucha que se quedan muy cojas para lo que cabria esperar del cimmerio. En definitiva, una verdadera lástima de producción. Y esto es algo que desde hace tiempo están queriendo enmendar con la vuelta del propio Arnold Schwarzenegger esta vez como Conan Rey contando la historia. Mucho peor que esta no puede salir, desde luego, mientras tanto siempre nos quedará la del 82, que no estuvo tan mal.

La espada que estamos forjando será tuya algún día. Pero antes de empuñarla tienes que entenderla.