El Faro
En el 2019, el Hollywood comercial e independiente, así como el cine extranjero, nos obsequiaron momentos de satisfacción infinitos con sus películas. Muchas de las obras del año pasado merecen ser reconocidas, lo que hace que la competencia para los premios de la Academia de este año sea realmente reñida. Creo que ha sido uno de los mejores años del cine, empezando por el retorno del poderoso dúo de Robert DeNiro y Martin Scorsese, pasando por un Tarantino insólito, un Almodóvar transparente y una cinta surcoreana que nos ha dejado con ganas de seguir descubriendo este cine. Esta vez, la Academia sólo se equivocó en una cosa (como se equivoca todos los años): en no incluir a mujeres directoras en los nominados, habiendo sido testigos de obras maravillosas dirigidas por mujeres como “Mujercitas” de Greta Gerwig y “La despedida” de Lulu Wang, por nombrar algunas. Dicho esto, y a pesar de este gran error, la selección de nominados fue muy acertada con respecto a años anteriores.
Entre ellos y una de las películas más merecedoras de su nominación es “El Faro”, producida por A24 y segunda película del estadounidense Robert Eggers, quien nos hipnotizó con “La bruja” en el 2016. “El Faro” ha sido nominada en la categoría de Mejor Fotografía en los Oscars 2020.
Thomas Wake (Willem Dafoe) parlanchín, bizarro y testarudo y Ephraim Winslow (Robert Pattinson), reservado y trabajador, se encuentran aislados del mundo para trabajar durante cuatro semanas en un faro ubicado en alguna isla de Nueva Inglaterra, en el siglo XIX. Wake, a la cabeza por ser el más experimentado, le impone las tareas a Winslow, reservándose para él la más importante: cuidar del faro. La tensión entre ambos hombres crece ya que Wake, celoso cuidador de la luz, le niega el acceso a Winslow a la misma. Pasan los días y el encierro, el alcohol y la soledad juegan con la cabeza de Winslow y su obsesión por conocer lo que se esconde en la luz, es tan fuerte como el deseo de Wake por la misma.
Dos actuaciones tan perturbadoras y magnéticas como la misma película: Dafoe, increíble como siempre y Robert Pattinson, quien muestra una evolución monstruosa, es un antagonista digno de Dafoe, la mejor sorpresa para mí en esta película. Pero la verdadera protagonista es la luz, la luz en todos sus contextos. En el filme, la luz del faro es la razón de la perdición de estos hombres, la única señal femenina que reina junto al delirio de una sirena, y la luz en la cinematografía tan hermosamente lograda por Jarin Blaschke. Esa luz que juega con las fisionomías tan interesantes y atirantes de estos protagonistas realzando los afincados pómulos de Dafoe y sus dientes de duende diabólico, la nariz puntiaguda de Pattinson y su cuerpo delgado y huesudo en un formato 4:3 inteligentemente escogido.
Una amenaza sobrenatural se esconde tras dicha luz e inunda la pantalla de principio a fin, sin saber si ésta es real o si simplemente se encuentra en la mente de los personajes, donde mucho queda sin decir y donde casi todo se deja a la interpretación del espectador. Lo importante es dejarse llevar, sin intentar entender demasiado. Eggers, no se preocupa por contar una historia, sino de plasmar la locura como consecuencia de la soledad y de lo desconocido entre presagios y supersticiones de los fantasmas de capitanes y marineros.
Esta película puede ser abstracta, una comedia negra, un thriller o de fantasía, puede ser tantas cosas como un espectador pueda imaginar. Se puede ver destellos de Bergman, pero también de Moby Dick y quizás algo de Lynch y Lovecraft. Es un todo bizarro y original, es la película mas incómoda que he visto en mucho tiempo, a la que decidí no buscarle explicación, sino simplemente dejarme llevar por su estimulante estética, donde la fotografía es el arma principal para sumergirnos en una historia deliciosamente macabra, elegante y aterradora.
