El pasajero

En el cine es habitual encontrar varias colaboraciones entre directores y actores, ya sea porque obtienen buenos resultados o porque se crea un vínculo más o menos visible en el que dicho actor se encuentra cómodo en manos del director. Seguro que a más de uno se le vienen ejemplos a la cabeza y hoy toca hablar de una de esas colaboraciones que cada vez cogen más peso.

Michael MacCauley es un hombre de las afueras de Nueva York que para ir a su trabajo coge todos los días el tren, por lo que él ya es un pasajero habitual y conoce a otros pasajeros. Por desgracia, un día le despiden del trabajo y al volver a casa en tren se ve envuelto en una conspiración que pone en peligro su vida y la de su familia.

Poco a poco, Jaume Collet-Serra ha sabido hacerse un hueco en la industria cinematográfica de Estados Unidos. Y puede que no sea un director muy reconocido por el gran público o que no tenga unas muy claras marcas de autoría en sus películas, pero si es un director solvente que como mínimo sus cintas son un entretenimiento muy digno, y esta no es la excepción. Siendo este su cuarto thriller en el que el protagonista es Liam Neeson, a ambos se los ve muy cómodos y saben lo que pueden ofrecer.

El hecho que de que la mayoría de la acción transcurra en un tren es un acierto. De esta forma, se siente más la tensión, la claustrofobia y la necesidad de urgencia que si se diese en una gran ciudad. Además, el hecho de que Michael tenga que encontrar a un pasajero concreto en medio de un tren puede recordar un poco a Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie, al menos como misterio a resolver. Por otro lado, el tener que explorar el tren en su totalidad encontrándose diferentes adversidades en lo personal me hizo acordarme de Snowpiercer aunque sin el componente de ciencia ficción y crítica social, sino que tiene más que ver con el frenetismo de ciertas secuencias.

Aunque el misterio sea quizás el punto que más puede interesar a quien vea el film, la historia también tiene sus buenas dosis de acción. La cuestión en este aspecto son capaces de lo mejor y lo peor. Es decir, que lo mismo pueden hacer un gran plano secuencia de una pelea lo cual dignifica mucho el resultado como unos travellings que se nota muchísimo que son digitales, y esto último puede acabar sacando al espectador de la película.

Y para que todo funcione adecuadamente, ¿qué mejor que poner a Liam Neeson como un hombre corriente que se ve envuelto en un conflicto y que tiene un pasado secreto que le hace más que capaz de afrontar ese problema? Es un actor que ha demostrado que incluso teniendo cierta edad puede protagonizar papeles de héroe de acción haciendo la mayoría de sus escenas de riesgo. Si a eso se le añade que el personaje de Michael toma unas decisiones que podrían ser moralmente reprobables, se convierte en un personaje más interesante.

Pero mientras Liam Neeson cumple muy correctamente con su rol, me veo en la obligación de destacar a Vera Farmiga. Qué presencia tiene esta mujer, incluso con solo oír su voz al teléfono logra imponer mucho respeto. El resto de actores están correctos, pero eso se debe a su limitado tiempo en pantalla y a un desarrollo menor de personajes.

Todo lo mencionado hasta ahora se podría calificar de positivo y regular. Centrándome en lo negativo, he de decir que hay ciertos aspectos del guion que requieren que el espectador pueda tener un mínimo de suspensión de la credibilidad. Y hablando de guion y montaje, me cuesta comprender por qué el inicio de la cinta (a la hora de presentar a Michael, su familia y su rutina) es tan confuso. Y tampoco logro entender porque si hasta casi el final la cinta había mantenido un tono relativamente serio quiere añadir humor, pues llega un momento en el que siente incómodo y muy forzado.

En resumen, es un producto más que digno de entretenimiento que da justo lo que uno puede esperar de él. Una opción perfecta para escapar de las propuestas con más pretensiones de la cartelera.