Ocho apellidos vascos
Los de Kinepolis me invitaron al cine por mi cumpleaños y aproveché para ir a ver la comedia romántica española, con tanto existo en taquilla, Ocho apellidos vascos.
A mí me creaba serias dudas esta cinta, ya que la masiva publicidad que la envolvía podía llevar a equívocos, pero la verdad que esta comedia vasco-andaluza es muy recomendada. Digo vasco-andaluza porque la película está repleta de tópicos cómicos sobre ambas comunidades. Es más, el film comienza cargado de estos clichés, únicamente, pero conforme avanza y sin perderlos empieza a añadir un humor mucho más profundo, una historia muy bien creada, unas situaciones desternillantes y unos diálogos dignos de analizar. Aunque todo esto no sorprende pues sus dos guionistas Borja Cobeaga y Diego San José nos tienen acostumbrados a guiones que sobrepasan la mera comedia como en Pagafantas o No controles.
Casi toda la culpa de esto, por encima de la dirección de Emilio Martínez-Lázaro incluso, creo que esta el elenco que funciona a la perfección. Dani Rovira, uno de los protagonistas, y el que más dudas me creaba ya que era su debut en la gran pantalla y casi como actor al uso, lo hace a las mil maravillas, no sufre el peso de la película y es el que más humor aporta al film, casi cada vez que abre la boca, incluso sin abrirla, también es verdad que el papel le iba como anillo al dedo. La otra protagonista es Clara Lago que aunque muchos tachen de muchas cosas, yo creo que es una gran actriz, por encima incluso de su belleza o su rabioso atractivo, que aunque es verdad que algunas pelis en las que participa no sean demasiado transcendentales o de tanta transcendencia que solo sirven para llenar salas, pero que aportan poco cine; ella siempre cumple y yo al menos consigo creérmela, como en el caso de Ocho apellidos vascos donde no solo hace una gran interpretación sino que además es la responsable de que avance la historia durante toda la película.
A estos dos chicos, les acompañan por un lado Carmen Machi que creo que no consigue lucirse en ningún momento. Y por otro lado tenemos a Karra Elejalde que sin lugar a la duda es el que da el empujón final para que esta desternillante comedia no pierda fuerza en ningún momento.
Ocho apellidos vascos tiene poco de romanticismo (lo justo) como a mí me gusta y mucho de comedia, sostenida a lo largo de toda la película y aunque sí que es verdad que algunas escenas se podrían haber estirado mas y llevarlas mucho más al límite, solo hubieran conseguido que me hiciera pipí en la butaca. Aunque pienso que tiene un nivel alto y me hizo mucha gracia, siempre me quedará la duda de si toda esta repercusión y éxito en las salas es debida a su calidad o a los borregos arrastrados por las masivas difusiones publicitarias (que otras películas no consiguen).
En definitiva, una comedia que te hace pasar un buen rato (tampoco es la comedia definitiva) y que seguramente solo los andaluces y sobre todo los vascos con una inteligencia superior y alejados de mentes cerradas conseguirán apreciar, pero que el resto de españoles se partirán la caja sin complejos, eso sí, imposible de exportar este humor tan concreto fuera de nuestras fronteras.
