La buena esposa

Desde hace un tiempo, parece que cada año en los Oscars hay una persona con la que la Academia tiene una deuda. Generalmente pese a que haya personas en varias categorías con esa sensación de que se les debe el galardón, los que generan más debate como no puede ser de otra manera son los actores, y este año no iba a ser la excepción. Ver si los pronósticos se cumplirán o no es otro asunto.

Basada en la novela homónima de Meg Wolitzer, La buena esposa sigue a Joan Castleman, quien lleva 40 años casada con su marido Joe, que con los años se ha convertido en un reconocido escritor mientras ella ha renunciado a sus sueños y se ha limitado a permanecer a la sombra. Pero lo que parece un matrimonio perfecto empieza a resquebrajarse cuando anuncian que Joe ha ganado el Premio Nobel y Joan amenaza con revelar el secreto mejor guardado de su marido.

Uno puede leer la sinopsis de la película y hacerse una idea muy clara de lo que se va a encontrar. Y no nos engañemos, la película está diseñada única y exclusivamente para el lucimiento de sus actores, aunque en este caso el lucimiento se reduce a un solo nombre. Si hay que indagar en otros aspectos técnicos del filme el conjunto queda muy descompensado, pues no si bien no es un desastre tampoco tiene nada que la haga sobresalir. Una fotografía correcta en la que pueden destacar algunos paisajes nórdicos con esa frialdad característica tanto en interiores como en exteriores, un montaje igual de correcto en concordancia con el mencionado lucimiento para los actores y una banda sonora muy clásica.

Hay que reconocer que si bien el trasfondo de la historia puede resultar un poco manido no quita que durante toda la duración de la película haya un mínimo de tensión de no saber como va a acabar todo. Sí, el gran secreto es muy fácil de adivinar desde los primeros minutos, pero funciona muy bien gracias a cierta tensión y malestar que se va acumulando en el ambiente entre Joan y Joe por el buen oficio de ambos. Y sí, el tema es cliché, pero también fue una realidad en su día y en cierta forma el conflicto es algo que sigue vigente hoy en día, le pese a quién le pese. En general el ritmo está bien llevado y no tiende a hacerse pesado ni da la sensación de que sobra metraje, tan solo desearía que se hubiesen atrevido a plasmar el dilema que tiene Joan de una forma menos convencional y se hubiesen parado a explicar con algo más de detalle algunas de sus decisiones, ya que al final queda la sensación de no terminar de entender del todo a ese personaje pese a comenzar en un segundo plano y que poco a poco, se va descubriendo como el eje de la historia.

A estas alturas, nadie debe dudar del talento de Glenn Close y de su valía como actriz. Pero esta película tampoco es su confirmación incontestable para obtener la estatuilla. Ella como Joan es un personaje muy contenido, con sus silencios, sus primeros planos, la mirada de sus ojos y su lenguaje corporal se entiende perfectamente su dolor y su sufrimiento, algo similar a lo que sucedía con Casey Affleck en Manchester frente al mar. Pero también tiene escenas en las que todo ese dolor se expulsa con muchísima fuerza y traspasa la pantalla. Ella está muy bien, pero en cierta forma que la premiasen por una cinta donde ella es lo mejor y el conjunto está hecho para que ella resalte, no sé hasta qué punto sería justo.

Ciertamente, Jonathan Pryce como Joe resulta muy solvente con un papel en el que queda retratado como un cretino ególatra. También me gustaría destacar a Annie Starke y Harry Lloyd como las versiones jóvenes de Joan y Joe respectivamente, pues son una elección de casting muy acertada y como curiosidad, Annie Starke es la hija de Glenn Close en la vida real y la muchacha tiene cierto talento. Asimismo, también agradezco que con el personaje de Christian Slater le hayan hecho más contenido, pues con ese actor es muy fácilmente que vaya hacia lo cargante e insoportable.

Tal vez en un año mucho más flojo, o con unas tendencias más hacia lo conservador, o incluso hace veinte años atrás podría haber rascado más nominaciones. Pero hoy en día que tenga una nominación ya debería servirle de premio, eso y la visibilidad que pueda generar la cinta entre los más curiosos.