Las escalofriantes aventuras de Sabrina. Temporada 2
El año pasado (2018), Netflix lanzó en su catálogo una versión escalofriante de “Sabrina, cosas de brujas” (1996), con el nombre de: “Las escalofriantes aventuras de Sabrina” y, como era de esperarse, este 2019 tenemos ya disponible en la plataforma la segunda temporada de esta serie que tenía especial interés en ver y analizar porque estaba con la expectativa de que su avance fuera lo suficientemente amplio como para dar continuidad y superar a la primera temporada. En general sigue manteniendo su calidad y excelentes escenarios sombríos, aunque sigue adoleciendo de profundidad en su argumento.
La primera sorpresa con la que nos encontraremos esta segunda estrega de la serie es que Sabrina, a pesar de no haber dejado de ser una niña de 16 años, se ha convertido en una mujer más segura de sí misma y está decidida a derrochar maldad y sensualidad. Y es que Sabrina Spellman ha decidido alejarse de su mitad mortal y comenzar a actuar más como una bruja con todo lo que ello significa, la magia, el poder y, también, el despertar de su sexualidad. Para lo cual Kiernan Shipka sigue siendo una elección muy acertada en el reparto.
Sin duda, su punto más fuerte y el que mayor impacto causa, es la manera en la que introduce a su trama los temas sobre la inclusión, el empoderamiento de las mujeres y la equidad de género a partir de las injusticias y contratiempos que viven sus personajes. Sin caer en una postura totalitaria respecto a la figura femenina, les otorga un lugar preponderante a sus mujeres, sin dejar de lado la importancia de sus personajes masculinos, situación que se adapta perfecto a la historia de la familia de las Spellman que van en contra de una institución religiosa constituida y dominada por los hombres en la que prevalecen ideas machistas que no son cosa de brujas, sino de la realidad que se vive día a día en el mundo.
Otro punto que funciona muy a favor de “Las escalofriantes aventuras de Sabrina” es la profundización en personajes que en la primera temporada se dejaron de lado, como es el caso de Ambrose Spellman (Chance Perdomo), el primo brujo de la protagonista, quien tiene un peso muy importante en la trama y que da más de una sorpresa en el desarrollo de la historia. El mismo caso sucede con Nicolas Scratch (Gavin Leatherwood) quien resulta ser el tercero en discordia entre Sabrina y quien fuera la pareja romántica de la bruja en su versión cómica, Harvey Kinkle (Ross Lynch).
Por otro lado, quienes pierden protagonismo son el gato Salem que trabajosamente aparece por ahí como un relleno que no influye en nada y el propio Harvey, quien a pesar ser un personaje relevante con rivalidades y discordias, al parecer, a los guionistas se les ha olvidado un poco.
Si bien, los conflictos y aventuras van en aumento, tiene en su contra que todo lo que sucede es momentáneo, cualquier pelea o contratiempo sucede en un punto especifico y de inmediato se soluciona y no le permite desarrollarse ni entrar en la tensión que se merece. Hay algunas leyendas y mitos que van surgiendo en el avanzar de la historia que tampoco alcanzan a tener un desarrollo profundo y amplio, de los que podría sacarse mucho material y que se quedan en una mención superficial.
Al final, “Las escalofriantes aventuras de Sabrina”se queda corta en diversos aspectos, quizá porque después de la larga introducción que hicieron en la primera temporada, quisieron meter muchos tópicos y muchas historias y mucho de todo y nueve episodios no les fueron suficientes para dosificar sus aciertos sin que se descuidaran otros puntos que también merecían importancia. Por ahora, tentativamente habrá un par de temporadas más en las que pueden abrir la oportunidad de corregir y aumentar sus partes más flojas y crecer como la historia lo merece.
