One Cut of the Dead
¿Eres de l@s que piensan que el género zombi está en las últimas? ¿Que ya nada puede sorprenderte? Querido zombihólic@, estás de enhorabuena. Porque a veces, los astros se alinean e inspiran a algún cerebro de esos que tienen que saber a jamón ibérico de 5 jotas de la calidad que albergan sus neuronas. Y eso es lo que debió ocurrir con los creadores de la película que hoy traigo a Filmfilicos: One Cut of the Dead (Shinichirô Ueda, 2017).
Hoy mi reseña será más corta que de costumbre. Sobre todo, porque este es un filme al que hay que llegar lo más “virgen” posible, apenas con alguna pincelada del argumento, pero eso sí, con una ingente cantidad de fe en que su visionado merecerá la pena. Así que intentaré ser lo más concisa posible. Japón, 2017. Un equipo con más ganas que presupuesto está rodando una película de muertos vivientes cuando, de repente, estalla un verdadero apocalipsis zombi. Y hasta aquí puedo leer. Sé que no es mucho, pero creedme. Es mejor así.
Os diré lo mismo que me dijeron a mí: “Aguanta la primera media hora”. Eso hubieran querido que les dijeran aquell@s que, durante su estreno en el Festival de Sitges de 2018, se levantaron de sus asientos en los primeros veinte minutos y abandonaron la sala. Supongo que cuando se enteraron de la ovación que mantuvo al público de pie y aplaudiendo a rabiar durante las escenas postcréditos maldijeron su falta de paciencia y de fe. Y es que si eres amante del género zombi, si te criaste viendo las películas de George A. Romero, te partiste la caja con zombis radioactivos y madres que se comen a tu perro, alucinaste la primera vez que viste a un infectado esprintar por las calles de un Londres desierto, y cuando comenzó el brote de Covid-19 te planteaste hacerte tu propio “Lobotomizador” con el mango de una escoba y un par de cuchillos de carnicero a falta de una buena pala, no hay duda: esta es tu película.
Con un presupuesto bastante limitado, One Cut of the Dead es una película que rebosa amor por el género zombi, por el cine y por aquellos que se dejan la piel para que podamos disfrutar sentados en una sala o un sofá de un rato de evasión y diversión, lejos de los problemas que nos afligen. En Japón batió todos los récords de recaudación en taquilla gracias al boca a boca. Por desgracia, en nuestro país fue carne de festival (la sensación de Sitges 2018 y ganadora del Premio del Público en la 29ª Semana del Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián) pero apenas se distribuyó en salas. De hecho, hace muy poco que contamos con una edición decente y doblada al español en Blu-ray (aunque reconozco que yo me he acostumbrado a verla en japonés y me encanta).
Prestad especial atención a los movimientos de cámara y la coreografía del plano secuencia, a la banda sonora, a los guiños al zombi clásico y sobre todo a un grupo de actores que lo dan todo desde el primer minuto. Siento no poder deciros más. Ver One Cut of the Dead es una experiencia que hay que vivir. Y si lo hacéis, os recomiendo que os paséis por Il Teatro Bizzarro para escuchar un programa basado en un experimento que tal vez querréis poner en práctica con vuestr@s amig@s y familiares.
