Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith

Una vez comentadas La amenaza fantasma, y El ataque de los clones, faltaba la última entrega de las precuelas de esta prolífica saga intergaláctica, Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith. Esta, en su día, pretendía ser un punto de inflexión, y es que tenía la labor de dejar todo atado para hilar con los episodios fundacionales. Pero no adelantemos acontecimientos, primero una breve sinopsis.

Después de rescatar al canciller Palpatine (interpretado por Ian McDiarmid) de manos del general droide Grievous (Matthew Wood) y Conde Dooku (Christopher Lee), y matar a este último, los jedi Anakin Skywalker (Hayden Christensen) y Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor) vuelven heroicamente a Coruscant para informar al consejo jedi de sus logros. Anakin es recibido allí por su amor secreto Padmé Amidala (Natalie Portman), quien le informa que está embarazada, y desde ese momento el jedi empieza a tener visiones sobre la muerte de esta última en el parto. Todo ello mientras entabla una extraña amistad con el canciller Palpatine, quien le dice que esas visiones se pueden evitar con cierto poder, pero solo se aprende del lado oscuro de La Fuerza.

Visualmente esta película es un salto enorme respecto a la anteriores. Y es que se nota los años de diferencia de unas a otras, y como mejoraron las técnicas de efectos especiales. Su apartado sonoro es sencillamente genial. Logra transmitir la épica que se merece un episodio así.

El elenco en esta entrega está enorme en su actuación. O al menos muchos de los que repiten, y más concretamente Hayden Christensen, Ewan McGregor, y Ian McDiarmid, quienes se llevan el peso interpretativo. Igual os preguntáis porqué Natalie Portman no consta entre ellos, pero es que no la veo muy creíble en el papel, sinceramente. El director es George Lucas, acabando por fin la saga que empezó allá por 1977. O hasta donde pensado contar él su historia en el cine.

Como hice hablándoos de los otros episodios, tenemos sus cosas buenas y malas, donde hago un paralelismo con el lado luminoso y oscuro de La Fuerza. Así que sin enrollarme demasiado aquí las tenéis.

Lado luminoso: El General Grievous es un personaje con mucho potencial y bien empleado, que además venía de las series de Clone Wars, por si os interesa. Otro acierto de esta película es que tiene los mejores duelos de sables láser de toda la saga. Esto es decir mucho, pero estoy hablando de hasta la fecha, posteriormente se igualaría e incluso superaría. Pero es que ese duelo de Anakin y Obi-Wan en Mustafar es como poco impresionante. Y el último que os aporto es ese origen de Darth Vader que todos estábamos esperando. Huelga decir que escuchar de nuevo a Constantino Romero es un deleite para los sentidos, pero no deja de ser una sensación agridulce ya que ya no se encuentra entre nosotros.

Lado oscuro: Una buena parte del inicio tiene un tono muchísimo más desenfadado que contrasta un poco con lo que ocurre con el resto de la película. Continuando, hay cosas que parecen metidas a calzador simplemente para hilarlas con la saga (por ejemplo, la aparición de Chewakka y el resto de Wookies tampoco era del todo necesaria, a mi juicio). Y para finalizar, vuelvo a lo de siempre (lo siento), pero es que la relación Anakin-Padme sigue pareciéndome poco creíble.

En resumen, Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith es la entrega más oscura de toda la saga, y es justo lo que los fans esperaban. Tiene muchos fallos, sí, pero sus aciertos prevalecen sobre estos, y por ello es la mejor entrega de estas irregulares precuelas.

Así es como muere la libertad, con un estruendoso aplauso.