Una historia real (True Story)
Tanto en cine como en periodismo demasiadas veces se cumple la expresión “no dejes que la verdad te estropee una buena historia”. La búsqueda de la verdad debería ser la máxima de la labor de los periodistas pero, en ocasiones, la verdad no gusta o no vende y los periodistas se ven tentados a manipularla. Hay muchos casos conocidos de periodistas que falsearon la realidad o directamente se la inventaron para tener una “gran historia” (véase los casos de Jannet Cooke, Jayson Blair o Stephen Glass). Entre los más llamativos, también encontramos el de Michael Finkel, una historia que podemos ver en la película de James Franco y Jonah Hill, “Una historia real”, estrenada hace unas semanas.
Finkel era un joven periodista en The New York Times con un futuro muy prometedor hasta que lo despidieron por falsear un reportaje sobre la trata de esclavos en países del oeste de África. Para ello, decidió juntar vivencias de distinta gente en un solo personaje, es decir como si todas las cosas horribles que le contaron varios chicos con los que se entrevistó en África le hubiesen pasado a una sola persona. Una vez conocida la manipulación y su despido, Finkel trata de continuar su carrera en otros medios sin mucho éxito. Su suerte cambia cuando conoce la historia de Christian Longo, un acusado de asesinar a su familia (mujer y tres hijos pequeños) que se hacía pasar por el periodista desde que cometió el crimen hasta que fue detenido. Aunque toda la prensa trata de entrevistar a Longo, él sólo acepta las visitas de Finkel, con el que hace un trato para contarle “toda su verdad” sobre lo sucedido con su familia. El periodista se encuentra entonces con el dilema de saber cuándo Longo le dice la verdad o le miente.
Como he comentado al principio, la película está protagonizada por Jonah Hill en el papel del ambicioso Finkel y James Franco como el frío manipulador de Longo. “Una historia real” está dirigida por Rupert Goold y su guión está basado en el libro escrito por el propio Finkel sobre Longo.
