Zipi y Zape y la isla del capitán
Hace un tiempo os hablé de la película Zipi y Zape y el club de la canica y de como esta difería bastante de su homónimo en los tebeos. Hoy me centraré en su secuela, Zipi y Zape y la isla del capitán, que realmente no actúa como tal, vamos que puede verse de manera independiente. Aunque eso no quiere decir que sea muy distinta a la anterior en cuanto al esquema que tiene. En cualquier caso no adelantemos acontecimientos, antes de hablar de ella os haré un pequeño resumen de la trama.
Tras la gran trastada de las ultimas navidades, Zipi (interpretado por Teo Planell) y Zape (Toni Gómez) son llevados como castigo a un viaje con su madre (Carolina Lapausa) y con su padre (Jorge Bosch) a una remota isla donde al parecer un editor se ha interesado por el libro que ha escrito el padre de estos dos niños traviesos. Aunque al llegar allí se pierden en sus carreteras secundarias y tienen que hacer noche en la mansión de la amable señorita Pam (Elena Anaya), cuya enorme casa también hace las veces de orfanato para niños perdidos. Pero estos pequeños terremotos andantes pronto descubrirán que este lugar esconde más de lo que aparenta, y la desaparición de sus padres será el inicio de todo.
Visualmente estamos ante algo muy parecido a la anterior película. Recordemos que no era nada malo el aspecto que tenía, teniendo en cuenta que tampoco quería arriesgar mucho en lo visual. Aquí quizás la fotografía haya salido ganando, sin ser para nada perfecta, ya que se han tomado unos escenarios bastante bonitos. En cambio, la banda sonora no es muy buena. Acompaña bien a las imágenes, pero no se quedará en el recuerdo colectivo, desde luego.
En el reparto, así como en la anterior, tenemos al grupo de chavales, ninguno de ellos con mucha experiencia pero no por ello lo hacen mal, al contrario. Y por otra parte tenemos a los adultos entre los cuales destacaría la actuación de Elena Anaya con un papel dual que llega a bordar. También me gustaría destacar a Jorge Bosch y Carolina Lapausa como padres de Zipi y Zape, y a Fermí Reixach, cuya voz puede absorberte por completo. En la dirección repite Oskar Santos, quien parece también repetir formula, para bien o para mal.
Ese es un poco el problema, que volvió a usar el mismo esquema, imagino que quizás porque haría una taquilla correcta con aquella, pero poco más. Por lo tanto esto vuelve a significar que tenemos muy pocas pinceladas de lo que fue el cómic original. También hay algo que ayuda más bien poco, y es el hecho de que en cierto punto de la trama (tranquilos, no ahondaré demasiado) se parezca algo a La Liga de los Hombres Extraordinarios, que aunque no lo creáis hay cierto guiño.
En definitiva, Zipi y Zape y la isla del capitán es una película de aventuras y (poco) humor para toda la familia que tiene muy poquito que ver con el tebeo original, pero eso no quita para que no sea entretenida…si te gustan esta clase de largometrajes, claro.
La vida es la novela que nos ha tocado vivir.
