Esta película de animación es de DreamWorks, una de las competencias más directas de la todo poderosa Pixar. La historia está basada en el libro de Cressida Cowell y une los mundos de los toscos vikingos con el de los feroces dragones.
Entre toda esa rudeza encontramos a Hipo (el protagonista) un joven que no encaja en la filosofía vikinga, ni con la tradición de cazar dragones, y el cual está dotado de una inteligencia superior a la de sus paisanos. Con esto tenemos a un personaje fuera del contexto de la barbarie vikinga y que se ha acostumbrado a convivir con todos los pormenores y burlas que esa situación conlleva. Pero su mundo se verá trastocado cuando encuentra a un dragón que le hará ver la vida de forma distinta y le azuzará para que afronte sus miedos, algo que a la gente le cuesta una barbaridad, aunque quizá si tuviéramos un dragón famélico espoleándonos a hacerlo, todos seriamos más valientes, o quizá nos hubiera comido.
Esta comedia de acción está bastante bien y como últimamente suelo pensar al ver actuales películas de animación: Lo de darle vida (y alma) a un personaje lo tienen superado. Y aunque no deja de ser una historia infantil, un cuento para niños, con su moraleja y todo; el film es entretenido y para toda la familia. Sobre todo para pasar una agradable velada mientras, por ejemplo, se espera la llegada de los Reyes Magos.
