Las vírgenes suicidas
En este viaje oscuro en el que se desarrolla la historia de cinco hermanas, Sofia Coppola traduce la crueldad de la adolescencia en imágenes románticas y fantasmales, casi rozando en la pureza del concepto de virginidad como ha sido entendido a través del tiempo.
Creo que este concepto no es el tema principal de la película. Creo que justamente lo que ha creado dicho concepto o su manera de ser visto, es la problemática de la cinta y del libro en que ésta ha sido basada: la primera obra literaria de Jeffrey Eugenides bajo el mismo nombre.
La visión errada de la mujer y el ideal absurdo de la pureza son algunas de las bases del catolicismo con las que estas niñas crecen y se desarrollan, actuando en consecuencia de estos dogmas religiosos que su madre les impone. Las chicas como figuras fantasmagóricas personifican la pureza y a la vez el deseo que no puede ser satisfecho, ya que se si atreven a salirse de los parámetros establecidos en el hogar, son castigadas. Las hermanas Lisbon parecían intocables y en eso radicaba la obsesión de los chicos del barrio.
Es allí donde se encuentra uno de los puntos claves de la película: la obsesión. La obsesión por la religión por parte de la madre, la obsesión de las chicas por intentar encajar de alguna manera en su ambiente y a su vez la obsesión fatal de los chicos por las Lisbon lo cual los transporta a un mundo de deseos reprimidos que sólo pueden ser materializados a través de sueños y charlas entre ellos, a través de su imaginación y las ganas de conocer a estas misteriosas pero hermosas criaturas.
Quizás esta obsesión se encuentra justamente en ese vacío que representan las hermanas. Un signo de interrogación enorme que a pesar de ser tan notorio para ellos, no es visible para las demás personas a su alrededor. Las chicas son apenas la sombra de sus padres y no parecen importarle demasiado ni a profesores a ni vecinos. A nadie, únicamente a estos chicos.
Pero ellos no están enamorados de las chicas por ser bellas e inalcanzables, las aman porque son indescifrables, porque su belleza se traduce en el dolor que llevan dentro y que reflejan a todo aquel que se atreve a mirarlas a los ojos. La belleza del dolor y de aquello que no podemos explicar crea la enfermiza curiosidad y el deseo de saber más de todo lo que nos produce un irremediable placer.
El paso de la niñez a la vida adulta es ya lo suficientemente complicado de experimentar para todo ser humano pero cuando se vive bajo las reglas inflexibles de una mentalidad cuadrada, esa opresión deja volar la imaginación y fluir los sentimientos negativos donde la salida más lógica parece la muerte y es lo que sucede para las hermanas, o es lo que creemos. Lo cierto es que la cinta nunca nos desvela la razón real del por qué estas chicas deciden morir. Su aislamiento de prácticamente todo contacto con la realidad después de algunos incidentes que la madre subraya de inmorales, el destino de las chicas se marca por la ansiedad y la tristeza.
La primera obra de Sofia Coppola, enmarca una sociedad regida por la religión y la imagen de familia perfecta estadounidense, esa hipocresía que tanto caracteriza a las sociedades de aquel entonces y a las actuales, cuya utopía de seres humanos no es más que una evasión de la realidad de verse tal como somos. Lo cual me recuerda a La metamorfosis de Franz Kafka, cuando escribe que Gregorio Samsa se despierta aterrado al ver que se ha convertido en un insecto, cuando en realidad pienso que debería sentirse aún más horrorizado al ver en el espejo reflejada su imagen de hombre, de un ser lleno de manías y de defectos, todo aquello que en realidad somos, pero que buscamos desviarnos de ello. Necesitamos creer tan desesperadamente en algo que nos aferramos a las ideas más ridículas sólo para poder vivir más tranquilamente.
Las hermanas sobrepasaban la inteligencia promedio y no se dejaron arrastrar por ninguna corriente social, tomando ellas mismas la decisión de acabar con tanta hipocresía, la cual a su vez resulta tan necesaria para seguir respirando. Ellas, simplemente, decidieron dejar de hacerlo.