El Limpiaparabrisas
¿Qué es el amor?
Esa es la pregunta que se plantea un hombre mientras empieza a fumar un cigarrillo, sentado en un bar, perdido en las conversaciones de los clientes del lugar. A partir de ese momento, veremos una serie de escenas aisladas, sin un relato correlativo y donde el cortometraje El Limpiaparabrisas trata de condensar todas las posibles respuestas a la pregunta inicial o quizás soltar insinuaciones a la audiencia.
The Windshield Wiper (título original en inglés) es un corto animado con espíritu de obra de museo o de festival. Su narrativa es alternativa, libre, provocadora más que descriptiva. Las imágenes se concentran en intentos de las personas por relacionarse, algunos a través de una app cuando la persona que te atrae en la pantalla se encuentra a escasos centímetros de distancia en una tienda. En otros casos es la coincidencia de dos personas que cruzan su camino en distintas ocasiones o quizás otros dos que se acaban de dar cuenta que serán vecinos.
El tratamiento de la animación es notable, muy similar al de Spider-Man: Un nuevo universo (2019). Esto no es coincidencia, el director de este cortometraje es el español Alberto Mielgo, que formó parte del equipo de animación de la cinta de Marvel. Es un estilo que privilegia los trazos fuertes, la mezcla de imágenes que parecen reales, pero no lo son. Ambas cintas pueden marcar el inicio de lo que será el cine animado del futuro, con un toque digital, influenciado por lo urbano y con personalidad moderna.
El Limpiaparabrisas es de esos trabajos que deja al espectador pensando varios minutos después de haberlo visto. La pregunta inicial no llega a tener respuesta, pero es inevitable pensar en que el amor también es soledad, rechazo, pasión, obsesión, miedo, desesperación y todos esos sentimientos que este corto de 15 minutos condensa con melancolía.
La cinta está nominada al Oscar 2022 en la categoría de corto de animación y su tono adulto, acorde a los tiempos de relaciones digitales y personalidad propia le da muchas opciones de llevarse la estatuilla.
