Hace tiempo que no comento un cortometraje y esta semana me apetece. Y, el elegido no es uno cualquiera sino el ganador del Goya al mejor cortometraje de ficción de 2013, aparte de otros muchos premios nacionales e internacionales.
El vendedor de humo es la historia de un ilusionista ambulante que convierte los sueños de la gente en realidad. Pero esa ilusión hecha con humo es, como no podía ser de otra manera, ficticia y efímera.
Me ha parecido muy original y es de esas historias con moraleja que sirven tanto para niños como para adultos. También es digno de destacar el hecho de que el cortometraje es un trabajo de estudiantes de la escuela de animación valenciana PrimerFrame. Demuestra que en las escuelas hay mucho talento tanto creativo como técnico.
