Entrevista a Vibeke Løkkeberg

Hace algunas semanas tuve el placer de hablar con la icónica Vibeke Løkkeberg, figura relevante dentro del cine de Noruega y del feminismo internacional. Su trabajo como cineasta siempre ha contado con enfoques de género, guiados por sus personajes diseñados hermosamente en torno al feminismo, siempre desafiando normas socio-culturales. 

Vibeke, a sus 80 años, y dentro del marco de la Berlinale de este año, estrenó mundialmente su película “The Long Road to the Director’s Chair”. 

Esta película es un conjunto de material inédito de la directora en Berlín en noviembre de 1973, cuando se encontraba en el International Women’s Film Seminar, donde entrevistaba a otras directoras de todas partes del mundo, cada una dando su punto de vista en cuanto al papel de la mujer dentro del cine y de su rol en la sociedad en general. Vemos a grandes directoras compartiendo junto con Vibeke el detrás de cámaras de la historia real de una mujer cineasta, las dificultades que siempre estuvieron presentes, y las adversidades del momento que al día de hoy, no han cambiado demasiado. 

Vibeke, quien fue primero actriz antes de convertirse en directora, comenta que la falta de personajes femeninos fuertes en la pantalla la llevó a crear sus propios personajes, y que el vacío de las tantas capas de la mujer estaba muy presente. Hacer su primera película llevó tiempo, pero una vez en el ruedo, continuó creando personajes femeninos fuertes y fascinantes. 

Quise comenzar la entrevista haciendo énfasis en una escena, donde Nurith Aviv, comenta en su entrevista con Vibeke, que ella lo que siempre quiso fue ser un camarógrafo, pero no puede llamarse así misma de tal manera, ya que ella es mujer. No había  nombre, en aquel momento, para una mujer que se especializa en la cámara. Así que mi reflexión acerca de esto fue: “¿Deberíamos seguir haciendo una distinción entre mujer cineasta o películas hechas por mujeres en lugar de simplemente decir  que soy cineasta sin tener que especificar mi género?”.

“Sí”, dice la directora rotundamente. “Debemos seguir haciéndolo porque no muchas cosas han cambiado desde aquel momento. Se puede ver que es sólo el 25% de las mujeres hoy en día que están llegando a la silla de los directores. Tienes muchos otros papeles en la industria, pero no te dan ningún poder. Así que para dejar claro, el enfatizar que soy una mujer directora, puede en algunas ocasiones ser un mensaje muy importante y necesario”.

Comenta que los hombres ni siquiera piensan en esto. No están interesados. Así que sientes que es todavía importante mencionarlo porque sigue siendo una batalla en curso. Y agrega “Esa es la sorpresa, desde el 73 hasta hoy, no ha cambiado tanto”.

Y esto es una buena introducción para mi siguiente pregunta: “Entiendo que entrevistaste de nuevo en Berlín este año a algunas de las mujeres que con las que hablaste en el 73. Cineastas alemanas como Sander y Claudia Von Helman. “¿Cómo, fue y cómo sentiste que era la principal diferencia entre lo que tenían que decir en ese entonces y ahora?”.

“Desde siempre han estado luchando la misma batalla y continúan haciéndolo. Siguen peleando por hacer las películas que ellas quieren hacer. Sus personalidades no son fáciles de tratar para el sistema que está detrás de nosotros con esta especie de supresión de esta idea de que las mujeres podemos llegar a la silla de directores. Esto lo siguen diciendo los medios de comunicación, lo sigue diciendo el cine y muchos otros sectores. Así que suena para mí que tenemos que cambiar el sistema. Quiero decir que nada ha cambiado básicamente desde el 73”.

Vibeke comenta que seguimos estando reprimidas y que aun, aunque ha avanzado un poco, no podemos expresarnos plenamente por miedo a perder lo que se ha logrado. “No hay respeto por nuestra vida o papel como seres humanos o mujeres, así que debemos encontrar nuestros propios medios. Debemos encontrar nuestras propias películas para hacer esto realidad e insistir en que nosotras, como mujeres, estamos aquí cumpliendo un rol extremadamente importante y que es esencial que se muestre nuestra visión”.

Los papeles se voltean cuando es ella quien me pregunta: “Cuando hablamos de política o de sexualidad, ¿crees que estamos manejando las cosas con nuestras propias manos? ¿Crees que tenemos un poder ahí? No todavía. Todavía estamos muy reprimidas por los hombres en la industria del cine. Estamos muy expuestas, lo cual no es bueno para nosotras y nuestros papeles. Hay mucha falta de respeto y  humillación que pasamos todavía como actrices, y como directoras es enorme”.

Le pregunto, “¿Puedes nombrar una película reciente que te haya llamado la atención en el sentido de cómo el personaje femenino está escrito y es retratado y sientes que es una buena representación para las mujeres recientemente?”

A lo cual responde, “Hay, por supuesto. No puedo mencionar una exactamente en este momento. Pero siempre habrá. Porque lo que está pasando ahora, y creo que es muy importante, es que por fin las mujeres estamos hablando de nuestros problemas desde nuestro punto de vista, cosa que siempre se miraba a través de la mirada masculina. Al fin, podemos decirlo con nuestras propias palabras y desde nuestra existencia”.

Vibeke es sin duda un símbolo de feminismo a nivel mundial, quien lucha incansablemente porque el sistema cambie y por lograr un espacio seguro para nosotras dentro de la industria. Lo que más me llevo de esta entrevista es que parece que hemos avanzado a pasos agigantados en los últimos tiempos, pero la cruda y dura realidad es que pocas cosas han cambiado desde el 73. Existe una clase de espejismo con respecto a lo poco que se ha logrado y nos agarramos de allí, pensando que estamos un paso adelante, pero hay aún mucho por recorrer, y gracias a Vibeke, y a su largo camino hacia la silla de directores, como el título de su película, podemos reflexionar y actuar en consecuencia para seguir el camino que otras grandes mujeres como ella, han abierto para nosotras.