Feliz día de tu muerte 2
Hace dos años, Blumhouse pegaba la campanada estrenando Feliz día de tu muerte, una película con la premisa de repetir el mismo día una y otra vez, pero al ser de la productora nombrada, estaba más enfocada a ser una comedia con toques de terror. Y resultó una sorpresa el saber que una secuela estaba en marcha con todo el miedo que eso conlleva, aunque han sabido afrontar la situación con un resultado más que decente.
Tras los acontecimientos de la primera película, Tree se vuelve a ver envuelta en un bucle temporal al que intentará poner fin de una vez por todas.
Pese a la escueta sinopsis, considero que se trata de un caso en el que es mejor saber poco antes de ver la cinta, pues hasta casi la primera media hora no se desvela la verdadera trama del asunto. Y si en la primera película jugaban de forma muy inteligente mezclando la comedia, la comedia romántica, el slasher y el drama, en esta ocasión han optado por añadir elementos de ciencia ficción que le sientan muy bien y suman de forma orgánica al desarrollo de la historia. De esta forma, la secuela no se limita en exclusiva a copiar el esquema inicial, sino que es un buen añadido para esta propia secuela y para la anterior película.
Al entrar más en juego la ciencia ficción, es inevitable que se pierda un poco ese carácter de vuelta de tuerca al slasher para centrarse más en el potencial cómico. Pero no hay motivo para alarmarse, porque sigue habiendo muertes con un trasfondo cómico que hacen honor al slapstick más puro, así como el retorno de la famosa máscara de bebé. Todo este buen ensamblaje de géneros está acompañado de un muy buen ritmo que no decae en casi ningún momento y hace que el filme se pase en un suspiro.
Nuevamente, en el centro de la función está Tree. Ya se había notado una muy buena evolución y en este caso se ve que ha aprendido su lección convirtiéndose en toda una final girl de armas tomar. Y Jessica Rothe tiene carisma de sobra para los momentos de comedia, el drama más familiar, y una gran química con su compañero Israel Broussard. Y aunque ellos dos tienen un papel más protagonista, los personajes nuevos también tienen momentos de brillantez cómica sin estorbar.
Si bien la ciencia ficción entra en la secuela para coger protagonismo, todo lo bueno que tenía su primera parte aquí sigue igual o potenciado: El ambiente puramente universitario, el que las constantes repeticiones no se hagan pesadas, que la identidad del asesino es suficiente para mantener al espectador en suspense sin que eso sea lo más importante de la trama, el tener momentos muy concretos en los que se juega con la música, bromas autoconscientes y en definitiva, todos los ingredientes variopintos que tiene funcionan como un reloj.
Quizá la mayor sorpresa es que a pesar de que no estaba muy segura de como iba a funcionar una continuación y sin entrar en terreno de spoilers, en el caso de que opten por hacer otra película más, me atrevo a decir que estaría más que dispuesta a verla. Solo por el carisma de Tree y Carter, la relación tan bonita que han forjado y que todos los elementos que tiene los tiene muy bien medidos. Eso y que no deja de ser una cinta entretenida y disfrutable al 100%.
