Creo que he visto tantas películas de zombies que me podéis llamar el Max Brooks Español.
En Navy Seals vs Zombies, un grupo de Navy Seals se dirigen al rescate del vicepresidente de los Estados Unidos que, tras perderse el contacto, se ve envuelto en un ataque zombie en la ciudad donde se encontraba.
Una película que bien podría pasar por un webisodio de “Fear the Walkin Dead”, tanto por la estética en la grabación como por el guión tan simple y chorra.
También podría haber sido un episodio de “El guerrero más letal” solo faltaban los expertos debatiendo que tipo de armas tiene cada guerrero, cuantas bajas puede causar cada uno y hacer las pruebas de los ataques con los maniquíes esos de gelatina que nadie se cree que simulen al cuerpo humano.
O también podría haber sido un anuncio para alistarse a la marina o a los Navy Seals, alardeando de lo héroes, buenos y valientes que son, que sin los Navy Seals, américa se hundiría en una invasión planeada por los zombies en connivencia con los aliens.
Pero no, tenía que ser una “mierdipeli” pero una “mierdipeli” mala mala, ya que de ir a salvar al vicepresidente, de repente se encuentran al lado del laboratorio donde pueden encontrar la cura y al final se resuelve todo porque a los Navy Seals les han puesto vacunas de todo tipo y tienen los glóbulos rojos más fuertes que Rafa Mora y el vinagre, juntos.
Desde el final de “El último patriota” no había visto tal patraña contada para terminar una película. Si no tienes ni idea de cómo terminarla, pues no la empieces y eso que nos ahorramos los humanos.
Algo bueno
Nada.
Curiosidades
Primera película y esperemos que última del director, Stanton Barrett, conocido piloto de Nascar en Estados Unidos.
Mi calificación
“¡America, Fuck Yeah!”
¡Hasta la próxima amiguitos!
