Zorba, el griego
Finalmente me animo a colaborar en el blog de mis compañeros radiofónicos y me pareció que la mejor manera de comenzar en Filmfílicos era comentando una película que tuviera algún significado personal. Tranquilo que no te voy a aburrir contándote mi vida y voy a ir directa a hablar de la película. La escogida ha sido “Zorba, el griego”, ganadora de tres premios Oscar en 1965. Ya lo sé. No es un estreno ni nada por el estilo pero considero que es una película que debería ser vista por cualquier persona que disfrute del cine y, por tanto, merece tener su artículo en Filmfílicos.
Dirigida por Mihalis Kakogiannis y protagonizada por Anthony Quinn y Alan Bates, el film cuenta la historia de Basil (Bates), un escritor inglés que decide viajar a la isla griega de Creta para hacerse cargo de las tierras heredadas de su padre. Al inicio de su viaje, Basil conoce a Zorba (Quinn) quien se le presenta como el perfecto compañero para llevar a cabo su nueva labor en sus terrenos cretenses.
Zorba resulta no ser tan útil como parecía en un principio pero sí se convierte en un gran maestro en cómo disfrutar de la vida. Alegre y vitalista, Zorba engancha con su locura, su risa contagiosa y su manera de afrontar las situaciones que se le presentan. Por su parte, Basil es todo lo contrario: serio, reflexivo y poco impulsivo. Ambos, con sus personalidades a priori incompatibles, resultan acomodarse a la convivencia con el otro y acaban formando una bonita y sincera amistad.
A parte de Zorba y Basil, la película tiene otros dos personajes importantes que también reflejan caracteres opuestos. Me refiero a los femeninos, protagonizados por Irene Papas y Lila Kedrova. Esta última consiguió el Oscar como actriz de reparto por su papel de Madame Hortense y es ella la que, con su relación, nos muestra lo mejor y lo peor de Zorba. Por su parte, Irene Papas (cuyo personaje no tiene nombre y sólo se le conoce como “la viuda”) es quien da el toque dramático a la película. Casi sin diálogos, la viuda transmite con su mirada el miedo, el odio y la tristeza.
Esta película es una adaptación de la novela griega “Vida y aventuras de Alexis Zorbas” de Nikos Karantzakis y fue muy importante para la carrera de Quinn ya que su interpretación le valió nominaciones como mejor actor a los premios Oscar, Globos de Oro y Bafta. No es para menos porque Zorba es uno de esos carismáticos personajes con nombre propio en la historia cinematográfica. De esos papeles que debe dar gusto interpretar y da la impresión de que Quinn disfrutó.
Pero, si por algo es conocida mundialmente esta película es por el “sirtaki” compuesto por Mikis Theodorakis que suena a lo largo de toda la película. Aunque no es una danza tradicional griega y se compuso especialmente para la película, este sirtaki es, a día de hoy, una de las señas culturales griegas por excelencia; mientras que la escena final en la que ambos protagonistas lo bailan es una de las clásicas del cine.
