Chernobyl: Abyss

Después del éxito de la serie producida por HBO basada en el desastre nuclear de 1986, “Chernóbil (2019)“, la prensa rusa realizó diversas críticas en contra, principalmente mostrando un claro descontento porque aparentemente los hechos presentados en la miniserie son falsos (sobre todo la parte donde se crítica a los dirigentes soviéticos). Ante esto, Danila Kozlovsky se ha encargado de dirigir y protagonizar una película cuyo título original es “Chernobyl: Abyss”; posiblemente como una respuesta a la producción norteamericana y de ella les hablo en esta ocasión.

La película se concentra principalmente en el bombero Alexey Karpushin (Danila Kozlovsky) quien vive en carne propia el desastre, evita uno peor y sufre las duras consecuencias de la alta exposición a la radiación.

En principio diré que, si de verdad esta pretendía ser una respuesta a la serie, se queda exageradamente corta, pues tanto en producción como en historia y, sobre todo, en explicación, deja bastante que desear si comparamos ambos proyectos.

Como antecedente tenemos un trabajo por parte de Craig Mazin (HBO), que evidentemente invirtió y se jugó mucho por el éxito de su trabajo, cuidando muchos detalles de su guión y puesta en escena, sin embargo, no pueden dejarse de lado las “licencias” que se tomó para aumentar el drama y hacerlo aún más perturbador, por lo que es cierto que varios sucesos y datos que muestra no son del todo correctos o apegados a la realidad y no tiene por qué serlo, pero sí les da la razón a los rusos, especialmente porque sí muestra una cara bastante cruel de la clase política (es obvio que esto no les iba a gustar).

Por su parte, la película, sin ser del todo mala, no se toma la molestia de aclarar lo que está mal ni de dar una explicación sobre lo que realmente sucedió. Es cierto que, al ser una producción cinematográfica, tampoco tiene la obligación de ser mimética con la realidad, pero ante tanta crítica estaban orillados a ser más fieles.

Al final lo que se muestra es un drama más humano que técnico y nuclear, contando la historia de un hombre que en medio del desastre recibe una noticia que cambia su vida y el rumbo de sus decisiones, además de retratar su relación amorosa con Olga Savostina (Oksana Akinshina), estas situaciones le restan protagonismo a lo que pasa en la planta nuclear. Por un lado, es un acierto concentrarse en las historias de vida porque está claro que son las que importan, pero por otro lado anulan un poco las críticas a algo que intenta de maneras destacables, dar una explicación sobre el accidente en Chernóbil.

Parte de las críticas también están enfocadas en la exageración que aparentemente muestra la serie, por lo que el hecho de que el bombero protagonista de la película haga de todo en poco tiempo, entre y salga de la planta nuclear sin sufrir daños realmente graves mientras otros pierden la vida, genera una fuerte contradicción que anula las críticas y juega un poco en contra de Chernobyl: Abyss.

Técnicamente la película es buena, juega con la empatía del espectador y cuenta su historia tal como le conviene lo que no quita en absoluto la sensación de detalles omitidos, tiempo desperdiciado, lentitud en las acciones y una enorme confusión al respeto de lo que pasó; sí es cierto que hablar de un hecho tan conocido da una base para entender no puedo evitar preguntarme qué pasaría si la ve alguien que no tiene ni idea de lo que sucedió en la realidad, me queda la sensación de que se perdería y no comprendería el argumento general del filme.

Es probable que, sin las duras críticas a la serie, Chernobyl: Abyss tendría la libertad de brillar por sus aciertos, pero a veces hablar mal de algo genera un límite y una obligación de ser mejor y los rusos no lo consiguen. Para quienes, como yo, quieran ir a hacer una comparación y generar sus propias perspectivas de la historia, Chernóbil está disponible en Netflix en algunos países.