No suelo comentar películas de superhéroes, pero como el personaje de Deadpool siempre me ha hecho mucha gracia y ese rollo más incorrecto y gamberro me gusta tanto, creo que era apropiado que hiciera la reseña sobre Deadpool y Lobezno.
Sinopsis de la película
En esta tercera entrega del Mercenario Bocazas, Deadpool (Ryan Reynolds) y Lobezno (Hugh Jackman) cruzan sus caminos en una alocada travesía por el multiverso. Wade Wilson, tras los eventos de sus películas anteriores, sigue desafiando a los límites del UCM con su característico humor ácido y su obsesión por romper la cuarta pared. Sin embargo, esta vez no está solo: Lobezno, el mutante con garras de adamantium y mal carácter, es arrastrado a regañadientes a esta aventura.
La trama arranca cuando una amenaza multiversal pone en peligro la existencia misma de los X-Men y otros héroes. Deadpool y Lobezno deben enfrentarse a Cassandra Nova (Emma Corrin), una poderosa telépata con oscuros planes, mientras lidian con sus diferencias y personalidades opuestas. En el camino, se cruzan con personajes icónicos del universo Marvel y múltiples versiones de ellos mismos, lo que da pie a cameos sorprendentes y momentos de puro fanservice.
Entre combates espectaculares, chistes metatextuales y referencias nostálgicas (incluido el regreso del traje amarillo de Lobezno), la película mezcla acción, comedia y emoción, consolidándose como una de las entregas más originales del UCM.
Reseña de Deadpool y Lobezno
Bueno, Deadpool y Lobezno es otro éxito del Mercenario Bocazas, pero os seré sincero: esta tercera parte no me resulta tan explosiva como las anteriores. Vamos, es como comerte una hamburguesa sin el bacon: sigue siendo buena, pero sabes que algo falta. El tema del multiverso… uff, un concepto que se me queda grande, no es que no lo entienda, es que me parece innecesario. Eso de saltar de universo en universo es como si Deadpool tuviera una máquina del tiempo y se dedicara a hacer cameos en cada película de los Vengadores. Divertido, sí, pero un poco cansino si no tienes todas las piezas. Aunque ahora que lo pienso, joder como molaría esa película.
Eso sí, ¡los cameos son oro puro! ¿Qué queréis? Me he visto todo el UCM, así que ver esas sorpresas me hizo aplaudir como un bebé con un sonajero. Ahora, el problema es que parece que la peli se apoya demasiado en ellos, como si Deadpool dijera: ‘Oye, mira a quién he traído esta vez. ¡Cameo, cameo, guiño, aplausos!’ Y eso funciona, pero no puede ser lo único que sostenga la película.
Lo que no falla, como siempre, es esa magia de romper la cuarta pared. Si Deadpool mirándote y diciendo chorradas no te arranca una carcajada, háztelo mirar. Y ver a Ryan Reynolds y Hugh Jackman juntos en pantalla… ¡eso vale cada maldito céntimo que se haya pagado por esta película!
