Los últimos dos meses suelen traer a la cartelera algunas de las mejores películas del año, en vísperas de la temporada de premios que suele empezar en diciembre. Es por esta razón que me saldré del especial navideño del blog para comentar Un Simple Accidente (2025), título iraní que fue galardonado con la Palma de Oro este año en el Festival de Cannes.
La cinta está dirigida por Jafar Panahi, cuya carrera ha estado marcada por la persecución política y las grabaciones clandestinas. Panahi es, también, uno de los cineastas más aclamados de las últimas dos décadas.

En Un Simple Accidente, el director vuelve a algunos temas que son recurrentes en su filmografía, como la crítica al régimen autoritario iraní; y, la relación entre el autoritarismo y la vida cotidiana de una sociedad que ha normalizado el miedo.
La cinta gira alrededor de Vahid, un mecánico cuya tranquila existencia cambia cuando reconoce a uno de los hombres que lo tuvo prisionero en el pasado. A partir de ese momento, Vahid busca tomar justicia con sus propias manos hasta que la duda sobre la verdadera identidad del hombre que ahora tiene secuestrado entra en duda.
La historia busca la pista de la identidad de este hombre que es descrito como un despiadado monstruo y que tiene una característica física que lo revela y al mismo tiempo es la fuente de la confusión. En el trayecto, Vahid recluta a una fotógrafa que también fue presa y que a su vez trae consigo a una novia, con vestido y novio incluido, que también sufrió represión. Finalmente, se les une un último personaje definido por la violencia y la bravuconería.

Este reparto, conformado en su mayoría por actores no profesionales, funciona como catalizador de emociones y generador de las mismas. El guion, que me recordó mucho al trabajo de Billy Wilder, es complejo y al mismo tiempo sumamente divertido. Presenta tantos giros inesperados que la audiencia se mantiene totalmente sumergida en este road trip con pinta de historia de detectives. Es un relato inteligente, con cada paso calculado, aunque la fluidez nos confunda en su naturalidad.
Panahi ha conseguido una aventura que cubre comentarios como la importancia de reconciliarse con el pasado, de las heridas que deja la violencia y nos coloca en una situación incómoda donde nos preguntamos si haríamos lo mismo que aquellos que nos han hecho daño. ¿Es la venganza la solución? ¿Hasta qué punto podemos llegar en nuestro apetito de búsqueda de justicia?

El acto final de la cinta es una dosis de ansiedad en la cual todas estas preguntas pasan por la cabeza del espectador. Y el remate final dejará a mas de uno boquiabierto. Pero lo mas destacable es que para llegar a ese punto, Un Simple Accidente ha construido su reflexión en campos abiertos y abandonados, pero también su paranoia en la parte trasera de una camioneta común y corriente. Jafar Panahi ha conseguido, quizás, su obra maestra y esta es una de las mejores películas del año.











