A 24 ya tiene otra película de Celine Song en su catálogo: Materialists.
El lucrativo negocio de una casamentera se complica cuando cae en un tóxico triángulo amoroso que amenaza a sus clientes.
Mucho bombo y platillo para la segunda cinta de la realizadora, mucha expectación, pero una vez vista me ha sabido igual que Past lives
Song. No quiere que pienses que esto es Cuando Harry encontró a Sally o Notting Hill, su intención es que te des cuenta que el amor no es precisamente eso.
Con una escena inicial de cromañones enamorados, Materialists es la antítesis de todas las comedias románticas de Hollywood y ese es el único mérito que le encuentro. Me aburren los diálogos, las reflexiones de la protagonista sobre los sentimientos, las bodas, las citas y los personajes son bastante planos y estereotipados.
A estas alturas cuando nos sentamos a ver una historia de amor, al menos en mi caso no busco Titanic, pero tampoco quiero que me recalquen que la realidad es bastante material y que con algo de suerte tal vez encuentres tu media naranja.
Me llama la atención que la película quiere ser una crítica, sin embargo los actores elegidos son el molde de belleza y fama de la industria. Dakota Johnson me parece una cyborg, es como si no saliera de Anastasia Steele, nunca ha tenido personalidad, jamás ha sido creíble. Pedro Pascal solo ha sabido decir sus diálogos sin que parezcan recitados con Almodóvar. A Chris Evans sabemos que lo contratan por su físico, no da para más.
Ni Celine Song viene a salvar un género de capa caída hace siglos, ni Materialists es un lavado de cara para el cine más light.











