Cuando Harry encontró a Sally
Cerrad por un momento los ojos (después de leer la frase por supuesto) y viajad hasta una pequeña cafetería en Nueva York en los años 80. Recordad a una jovencísima y sin la cara destrozada por las operaciones Meg Ryan haciendo una de las escenas más míticas del cine, en la que simula un orgasmo en esa cafetería abarrotada de gente, delante de un pasmado Billy Cristal (Antes de engordar y también de operarse la cara), ya podéis abrir los ojos…
La película de la que hablo hoy, es probable que solo se recuerde por esa escena, pero es una comedia romántica que te hará disfrutar durante su hora y media de duración, en la que no se te hará para nada edulcorada, gracias al humor sarcástico de Cristal y la personalidad de Meg Ryan.
Empecemos por el principio… Es el año 1977 y Sally una joven estudiante de la universidad de Chicago va a emprender su nueva vida en Nueva York, no sin antes recoger en su coche a Harry, el novio de su amiga y que también viaja al mismo sitio que ella. Los dos emprenden un viaje de Chicago a Nueva York en el que no acaban precisamente bien, por los comentarios de él que asegura que un chico y una chica no pueden ser solo amigos y que ella no se deja conquistar de ninguna manera. Al terminar su viaje cada uno reemprenden sus vidas por su lado, hasta que 5 años después se vuelven a encontrar en el aeropuerto donde casualmente los dos tienen que coger el mismo vuelo. Al principio Harry no logra reconocer a Sally, y sí a su novio, pero una vez en el avión logra recordarla y vuelve a ser el mismo pesado que en el viaje que tuvieron años atrás, con novedades como que Harry se va a casar… y otra vez sus vidas se separan. Pasan otros 5 años cuando se reencuentran de nuevo, Harry se divorcia y Sally acaba de romper con su novio, en esta etapa de sus vidas parece que logran entablar una buena amistad, llegando a intentar tener citas con unos amigos mutuos, la amiga de Sally es la inolvidable princesa Leia (Carrie Fisher) que al final en vez de salir con Harry como estaba previsto, se enamora de el amigo de este…
Comedia dirigida por el gran Rob Reiner que tiene entre su curriculum grandes historias como Cuenta Conmigo o La Princesa prometida, comedia en la que Billy Cristal se come la pantalla y en la que Meg Ryan básicamente hace el mismo papel que hizo durante toda su carrera y que la verdad no le fue tan mal.
Es de esas comedias que si la ponen en la tele la ves y no te arrepientes de verla una y otra vez, incluso si la ves junto a tu pareja, no le va a aburrir en absoluto.
Por último, parece ser que la mítica escena del orgasmo de Meg Ryan no estaba preparada y fue improvisada por la actriz ante la mirada atónita de los que estaban en la cafetería y su compañero.