Matrix Resurrections
Cuando se habla de cine de ciencia ficción y de cambios en el mundo del séptimo arte, de momentos que marcaron la manera de filmar hay que hablar de Matrix. Estrenada en 1999 por los Wachowski, la cinta supuso una auténtica obra gráfica de sus storyboards, su mensaje, simbolismo, además de su estructura narrativa y visual. El éxito fue extremo y no se hicieron esperar dos innecesarias secuelas que por ende fueron un desastre Matrix Reloaded y Matrix Revolutions. Existen dos industrias que se permiten todo, incluso lo impensable: el cine y la televisión tienen el poder de resucitar. Por eso 20 años después Lana Wachowski llega con The Matrix Resurrections.
Neo vive una vida normal y corriente en San Francisco mientras su terapeuta le prescribe pastillas azules. Hasta que Morfeo le ofrece la pastilla roja y vuelve a abrir su mente al mundo de Matrix.
Cualquiera en su sano juicio sabía que no estaría a la altura de la original, era de esperar que no funcionara a nivel argumental, ni técnico. El resultado es un blockbuster que se burla de sí mismo. La directora se apoya en un 70 % del metraje original, sea en flashback o recreando escenas antiguas con nuevas caras, todo ello en 2 horas y 27 minutos. En esta nueva cinta todo es luminoso, sin misterio y sin complicaciones en la historia, elementos típicos de cualquier secuela.
Matrix no es de culto por gusto y esto queda claro en Resurrections, varios diálogos lo reafirman, incluso parodian en alguna medida lo surrealista de volverla a filmar. Mucho CGI, mucha tecnología, efectos acordes al 2021, secuencias de acción despampanantes, sin embargo ni un solo combate te hace olvidar aquellas secuencias del edificio, bajo la lluvia o los saltos de la del 1999.
Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss, ya están mayores, todos lo estamos y en su caso el tiempo es un factor importante a la hora de volver como Neo y Trinity. Reeves ha dedicado su carrera a repetir frases simplonas y ser Jhon Wick y parece que eso a Lana no le molesta por tanto no se ha preocupado en darle otra caracterización. Anne Moss no hizo mucho cine, digamos que se quedó en el recuerdo y es más fácil volver asumirla en su papel.
Me encanto Yahya Abdul-Mateen II, como Morfeo le da una frescura y desenfado muy originales. Neil Patrick Harris y Jonathan Groff también suplantan a viejos personajes, el Segundo mejor que el primero.
The Matrix Resurrections es un ejemplo de como el público vive de la nostalgia y la industria se alimenta de ello para ser rentable.
