Blackwood
De vez en cuando nos invitan al cine a ver películas un poquito antes de que se estrenen. En Valencia (donde resido) suele ser menos frecuente que en otras comunidades autónomas, como Madrid por ejemplo, pero aún así alguna nos cae. La que hoy me ocupa, Blackwood (Down a Dark Hall fuera de España) me hacía especial ilusión, ya que me gustan bastante los filmes del director, Rodrigo Cortés. Pero antes de hablaros de nada os haré un pequeño resumen de la trama.
Cinco adolescentes problemáticas se ven obligadas a acogerse a un programa experimental de enseñanza impartido por la enigmática Madame Duret (Uma Thurman) en el internado Blackwood. Pronto empiezan a mostrar talentos singulares que no sabían que poseían, y a tener extraños sueños, visiones, lagunas de memoria. Cuando la frontera entre realidad y sueño comienza a hacerse demasiado difusa, todas comprenden al fin el motivo por el que han sido llamadas a Blackwood.
El apartado visual es muy competente. Para alguien como yo, extremadamente miope, es una pequeña tortura que haya tantas escenas con esa carencia de luz, pero para la trama y la fotografía es algo que le va estupendamente. Otro de los factores que ayudan son los escenarios, que bien parece que todo ocurre en esa mansión tan tétrica (y que tiene un extraño parecido con el Instituto Xavier de X-Men: Primera Generación, como bien apuntó mi amigo Makelelillo), pero también tiene unos pocos exteriores preciosos. La banda sonora, a cargo de Victor Reyes, es algo convulsa porque tiene momentos muy buenos, como los del piano de la protagonista, pero otros que no solapan bien con la tensión de la escena, como el que es su tema principal, o al menos el más repetido en la cinta.
El elenco parece bastante numeroso pero en realidad al final se centra en menos gente de la que sale. Aun así vemos buenas actuaciones (o al menos yo destacaría las) de AnnaSophia Robb, protagonista de la película que ejecuta el papel de adolescente problemática a victima de un extraño experimento con total soltura, y también la de la casi siempre brillante Uma Thurman, cuyo personaje puedes llegar a odiar con mucho gusto. El director, como bien he dicho más arriba, es Rodrigo Cortés, que tiene pocas películas en su haber pero casi todas ellas son verdaderamente entretenidas con temas de lo más diversos.
Aunque he de decir que con esta ha perdido toda la dinámica a la que estaba acostumbrado. Bien es verdad que la fotografía, la edición, y la dirección es estupenda, con lo cual el buen hacer de Cortés realmente permanecería intacto, pero el resto no corre la misma suerte. Esto creo que sobre todo es debido a la trama, que tiene demasiados dejes a saga para adolescentes. Imagino que es algo que partirá directamente del libro en el que está inspirada la película, Down a Dark Hall de Lois Duncan. A esto habría que añadirle ciertos fallos de guión, pero también es verdad que no son tan grandes como para sacarte de la trama.
En definitiva, una película muy entretenida, con factores tan buenos como su apartado visual, y dirigida de manera sensacional, pero que la trama le hace restar puntos. Aun así no deja de ser una de las mejores películas que hemos podido ver en pase de prensa, todo sea dicho.
