Después de la crítica que os traje sobre El Atlas de las Nubes, quería ver en que otros proyectos estaban involucrados sus responsables. Y Tom Tykwer, su co-director había escrito y dirigido la película muy poco conocida y muy pequeña de la que os vengo a hablar hoy.
Corre, Lola, corre nos cuenta de primeras el problema en el que se ven metidos Manni y su novia Lola: Han perdido una bolsa con una gran cantidad de dinero y si no consiguen darle ese dinero al hombre para el que trabaja Manni en 20 minutos, tendrán que arreglárselas para salir con vida.
La película nos va haciendo hincapié en el tema de como sin pretenderlo podemos influir en lo que le suceda a una persona por muy casual que sea, y como las mínimas diferencias pueden alterar la totalidad del producto. Esto es lo que hace que el film sea tan entretenido y que se pase en un abrir y cerrar de ojos, consiguiendo manejar muy bien la acción y el suspense. Además, su nivel artístico y técnico está a la altura sin ser un blockbuster: Desde un estilo de animación que podría recordar a la que hacen en Japón, unos planos contraplanos quizá más largos de lo que estamos acostumbrados a ver pero que dota de personalidad al relato, un montaje que parece un videoclip más que una película (pero en este caso, para bien. Sí, te miro a ti, High-Rise) o una música que va cambiando radicalmente dependiendo de las circunstancias que se den en pantalla y que en ningún momento desentonan.
Como parte negativa, quizás al principio cuesta meterse de lleno en el juego que te propone, sobretodo por su tono (muy onírico en algunos casos) y su montaje que luego va dejando más espacio para la acción y los personajes. Pero si la empiezas a ver y no te convence, mejor intenta ver otra cosa. Por mi parte, yo la recomiendo si quieres una película entretenida, que te suba la adrenalina, y que quizá sea diferente de otras cosas que ya se hayan hecho. Ah, y con una protagonista que podría recordar a la Sydney Bristow en el piloto de Alias, tanto de forma física como de carácter.
