Dogman
Me alegra que Luc Besson continúe dirigiendo películas, pese a toda la ola de acusaciones, a la espalda, que le ha dado la industria. El cineasta regresa en forma y de qué manera con Dogman.
Un chico, magullado por la vida, encuentra su salvación a través del amor de sus perros. Se nota la evolución del responsable de El quinto elemento, su cine sigue siendo tan comercial como siempre pero muy diferente al hollywoodense. La trama de Dogman es loca, desaforada, inclusiva y sobre todo inesperada.
No va de venganza como León o Anna, no es de ciencia ficción como la de Valerian y la ciudad de los mil planetas, nos cuenta un drama con un estudio de personajes muy interesante. El dolor transforma y esa es la máxima del filme, la soledad cambia la manera de ver la vida de cualquier ser humano.
Al protagonista desde el inicio le ocurren cosas malas, aun así intenta sobrevivir en un mundo que parece no estar hecho para él. Lo mejor de Dogman es que maneja varios géneros, es una crítica social, un cuento de un minusválido superviviente y su viaje hacia la redención. El propio montaje del filme y la BSO son otros personajes.
Caleb Landry Jones está como nunca, en una actuación marcada por lo trágico, la comedia y la acción, brutal.
Quizás Dogman sea la película más humana de Luc Besson, quizás con el paso de los años y su situación el creador se ablanda para crear historias que aun siendo pensadas para un público determinado se queden contigo.