El barco de los locos
Hay películas que a simple vista parece que no ofrecen nada. Parecen llanas y simples, como carentes de chispa. Pero esa sencillez a poco que se escarbe desparece. A este grupo pertenece El barco de los locos. Basada en la novela de Katherine Anne Porter del mismo título y dirigida por Stanley Kramer en 1965 está protagonizada por Vivien Leigh, Simone Signoret y Lee Marvin. La película narra la historia de un grupo de personas que viajan en el mismo barco con destino a la Europa de los años 30.
Uno de los protagonistas pasea tranquilamente por cubierta, de repente se gira y parece que ve algo. Nos ve a nosotros y empieza a hablarnos. A partir de ese momento vemos que la película no va a ser tan simple como parecía. El personaje en cuestión nos reta y nos pone sobre alerta, nos hace prestar atención a la historia ya que según dice, podríamos vernos reflejados en ella.
Efectivamente lo que pretendía ser un apacible viaje, y por añadidura un aburrido argumento, va tornándose poco a poco en una serie de vivencias y actitudes cada vez más decadentes, más tristes, más violentas, más humanas. Durante ese viaje que en un principio se podría clasificar como una especie de Vacaciones en el mar veremos cómo ofrecerá finalmente una visión totalmente opuesta a la prevista en la que el racismo, el antisemitismo, el abuso, la lucha de clases, la prostitución o la parte dolorosa del amor tendrán cabida.
La película ha pasado a la historia del cine, más que por su propia existencia, por el hecho de que contiene el último papel que realizó la actriz Vivien Leigh. Sorprendentes los matices que le regaló a ese personaje, una mujer de mediana edad que ve como su juventud ha desaparecido, que no sabe como enfrentarse a su madurez, una mujer medio tocada por la locura de saberse sola y no ser ya amada. Un personaje que con ciertos tintes de Baby Jane la protagonista que grandiosamente interpretó Bette Davis en ¿Qué fue de Baby Jane?
No es tan mala idea al fin y al cabo subirse a ese barco de locos por un rato, que bien mirado no están tan locos o en el caso de que alguien considere que sí lo están, quizás debería preguntarse ¿qué les diferencia de ellos?