Si me preguntasen cuales son mis películas favoritas de los clásicos de Disney, quizá muchos se sorprenderían de saber que El Libro de la Selva se encuentra entre mis cinco favoritas. Así que cuando se anunció que harían una versión en carne y hueso, tenía miedo de que no estuviera a la altura del clásico animado. Y he tardado tiempo en comprobar lo que habían hecho, pero puedo decir que en gran parte ha cubierto mis expectativas.
La historia la conocemos todos hayamos visto la película animada o no: Mowgli es un niño huérfano que vive en la selva y ha sido criado por lobos. Todo parece ir bien hasta que hace acto de presencia el feroz tigre Shere Khan, que quiere deshacerse de Mowgli. Para ello, nuestro protagonista deberá abandonar su hogar y emprender un viaje para vivir con los humanos y así estar libre de las garras de Shere Khan.
Aviso que me va a ser imposible compararla con su film homónimo de 1967, y más si se trata de una versión en acción real de la misma. Todos los que ya la han visto lo han comentado y yo no voy a ser menos: El aspecto visual es impresionante. Cuesta creer que toda la película haya sido rodada en un estudio, porque los escenarios a pesar de que estén diseñados por ordenador están tan logrados que sientes que has sido transportado a una selva, con sus colores, olores y sensaciones. Y sobre los animales, creo que nunca había visto unos animales tan bien hechos hasta el punto de que desearía que fuesen reales y no generados por ordenador. En este apartado la cinta más actual es la vencedora.
Sin embargo, en cuanto a argumento me quedó sin duda con la película animada. Era más consistente, coherente y emotiva, lograba hacerte cantar y bailar sus canciones y tiene uno de los finales más emotivos que he visto de la factoría Disney. En esta nueva versión todo queda más al servicio del envoltorio. Las canciones no terminan de encajar aquí (a pesar de que solo hay dos, pero se sienten muy forzadas) y no termino de creerme la evolución de la relación entre Mowgli y Baloo, y esto es un pilar fundamental en la historia, al menos para mí. O que personajes como Kaa la serpiente en la cinta animada tenían algo más de peso y aquí pasa a ser un simple personaje anecdótico cuando podría haber dado algo más de juego. Pero tengo que destacar a dos personas en concreto entre tantas voces, y son Bill Murray como Baloo (una de las mejores elecciones de cásting) e Idris Elba como el temible Shere Khan.
También llama la atención como en algunos momentos concretos la cinta adopta un tono más oscuro que llega a estar en concordancia con lo que te cuentan, que visto ahora con ojos de adulto cambia el significado de la historia, por lo menos para mí. De alguna manera entiendes al antagonista y su motivación de acabar con el protagonista. Eso también queda mejor reflejado en esta nueva versión y es de agradecer.
Es la película que quieres ser, una cinta de aventuras pura con una factura visual y técnica impecable y una de las que está justificado que hayan destacado en este 2016. No me imaginaba que el hombre que hace unos años nos trajo Iron Man fuera capaz de traernos esta clase de producto.
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