Nunca Apagues la Luz
Con la vuelta a clase y con el verano dando sus últimos coletazos, toca hacer balance sobre las películas y los blockbusters estrenados en el período estival. Y si hay una palabra para definir el verano de 2016 cinéfilamente hablando, sería decepcionante. Una multitud de films que prometían mucho y acabaron decepcionando, otros que dividieron a la crítica y a los espectadores o una gran cantidad de secuelas, remakes, reboots y demás han hecho que estos meses sean en su mayoría para olvidar. Y sin embargo, ha habido sorpresas en el género de terror como la segunda parte de Expediente Warren, la reciente No Respires o la cinta de la que vengo a hablar hoy.
Nos cuenta la historia de una familia que vive acechada por una misteriosa y peligrosa criatura que vive de forma exclusiva en la oscuridad. Rebecca, la hija mayor, pronto descubrirá que esta criatura tiene un pasado mucho más oscuro con su familia de lo que ella creía.
Muchos ya sabréis que esta película esta basada en un corto con el mismo nombre, un corto de poco más de dos minutos funciona a la perfección y que se volvió tan viral que Warner le ofreció al mismo director convertirlo en un largometraje y con James Wan en la producción. Todo aquel que quiera saber como se hace un buen sobresalto en el género de terror debería verlo. Pero, ¿cómo ha resultado el cambio de su duración?
Voy a ser de la opinión minoritaria y decir que a mí sí me ha gustado mucho. Todas las virtudes que están en el corto en cuanto a sustos y sobresaltos se encuentran en la película. La historia de la criatura, por increíble que parezca y a pesar de no ser la más original, está muy bien resuelta con todos esos flashbacks y esa fotografía. Los actores por lo general están bastante bien elegidos y todos cumplen con su rol asignado, especialmente el niño que hace de Martin. Todos sabemos lo que cuesta encontrar a niños actores que sean buenos y que no sean repelentes, y él lo consigue. Maria Bello como la madre transtornada hace una muy buena interpretación, sobretodo en la recta final del film. Quizá la que peor esté es Teresa Palmer como Rebecca, que en ocasiones se la ve muy perdida.
Como contrapunto negativo, al pasar de un corto de entre dos y tres minutos a un largometraje de hora y veinte, es inevitable que tenga serios problemas de ritmo. Empieza muy bien para luego darte un largo respiro y dosificar los sustos y la información y acabar en un final bastante potente pero que da la sensación de que llega antes de lo que debería para ser más redondo. Pero en líneas generales y a pesar de sus defectos, la he disfrutado mucho y quizás a los que busquen un terror más convencional y para pasar un rato agradable (personalmente era a lo que iba con esta película, a que me asustasen y me contasen una historia entretenida) encuentren aquí buena opción.
Y de forma externa a la película, quiero comentar que hacía mucho tiempo que al ir al cine no lo pasaba tan mal. Pero no por lo que estaba viendo en pantalla, si no por el público irrespetuoso que me tocó en la sesión. Quizá eso enturbiase algo mi juicio sobre el largometraje. Quiero decir con esto, que si alguien no sabe como comportarse en una sala de cine, que no vaya o espere a que la película salga en DVD o Bluray para verla en la tranquilidad de su casa donde cada uno puede comportarse como quiera, pero que nos fastidie la experiencia al resto de público, porque se te quitan las ganas de ir al cine. Y eso es algo que nunca debería quitarse, menos por culpa de un grupo de personas que no saben lo que es el respeto.