Frío en julio
Hoy me toca hablar de la película “Frio en julio (Cold in July)”, un thriller indie del director Jim Mickle (que también hace de coguionista) y que podréis ver en pantalla grande el próximo 1 de enero de 2015.
Ambientada en un Texas de los 80, trata en principio, sobre un padre de familia, Richard Dane, que se convierte en héroe local al disparar y matar a un ladrón que irrumpe una noche en su casa. Y he dicho “trata en principio” porque este hecho es el inicio de una trama que va dando tal giro de acontecimientos que a mitad de película alguno podría decir que esta viendo un film totalmente distinto al que había empezado a ver.
Me explico. Richard Dane, interpretado por Michael C. Hall y que muchos conoceréis por su papel protagonista en “Dexter”, es un hombre corriente que ante la situación descrita anteriormente se derrumba, ya que en este caso amigos, no es el asesino implacable que conocéis de la tele. El tiro que descerraja al intruso que ha allanado su morada es simple fruto del miedo, una reacción incontrolable que casualmente y con mucha puntería acaba con la vida de este. A partir de aquí y aunque es considerado por el pueblo como un héroe (porque ha hecho “lo correcto”) nuestro protagonista se ve con la necesidad de saber a quien a matado, entre otras cosas porque tiene conciencia.
Es aquí cuando aparece Russel (Sam Shepard), padre del muchacho asesinado por Richard y que además acaba de salir de prisión, al cual se suma la presencia de Jim Bob (Don Johnson) después de descubrir algunos asuntos turbios que afectan a la policía. En este momento el protagonismo bascula hacia estos dos personajes dejando a Richard tal vez un paso más atrás, y que hace que “Frío en julio” desemboque en una dramática venganza.
Este giro es posible que no guste a todo el mundo, aunque a mi me ha parecido tan gradual y bien llevado a cabo por Jim Mickle que me ha mantenido pegado al asiento gran parte del film. Si acaso, ha sido en el último tercio donde me ha rechinado alguna cosa. Por un lado veo desproporcionado el nivel de acción empleado para la resolución del problema planteado, porque desgraciadamente no estábamos hablando de que nuestros protagonistas se fueran a enfrentar a una peligrosa mafia. Y por otro también veo exagerado el conflicto personal planteado para Russel, que bajo mi punto de vista se podría haber alcanzado una misma carga dramática yendo por otro camino existente, e insisto, la opción de la mafia estaba ahí. Pero esto por supuesto es cuestión de gustos personales. Lo que sí veo como fallo, es que no se pueden dejar preguntas sin responder, y en este caso nos quedamos sin saber a quien ha matado realmente Richard Dane, que es el objetivo que hace avanzar al personaje en la película. No se puede plantear e incluso recordar a mitad de película para finalmente no acabar dándole una respuesta.
Dicho todo esto y en resumen, “Frío en julio” es una película que no dudo en recomendar su visionado. Como he dicho me ha mantenido expectante gran parte del tiempo y pese a alguna discrepancia subjetiva es un thriller muy bien llevado a cabo. Por cierto, especial mención a la banda sonora, gran elección de música ochentera para conseguir la ambientanción y que mas de uno disfrutará.