La familia perfecta
Arantxa Echevarría sorprendió a todos con su portentoso debut, Carmen y Lola, un filme luminoso y necesario. Esperaba su próxima película con ansias, nunca imaginé que saltara a un género tan complicado como es la comedia en La familia perfecta.
En la película vemos como Lucía cree llevar una vida modélica y tenerlo todo bajo control. Desde que se casó, volcó todos sus esfuerzos en el cuidado de su familia ideal. Pero todo comienza a derrumbarse el día que aparece Sara, la novia de su hijo; una chica joven, libre y deslenguada y, con ella, una familia política muy diferente a la idea que Lucía siempre soñó para su hijo. A partir de ese momento, Lucía descubrirá que la familia perfecta no era exactamente lo que ella pensaba.
La construcción de este guión es compleja, tiene varias capas y esos momentos se perciben por el espectador. A primera vista podría parecer una cinta más sobre clases sociales, luego pasa por una comedia de enredos y al final habla sobre el empoderamiento femenino. Todo un viaje.
Arantxa Echevarría de manera hábil maneja todos estos tonos y sabe equilibrar cada diálogo y situación. Es una historia de corte social, donde se desmontan los modelos tradicionales y, aunque sabemos hacia dónde va , es un viaje cargado de esperanzas, sonrisas y autoanálisis.
Supongo que el personaje de Lucía se escribió para Belén Rueda, y en él esta pletórica. Una actriz que lo borda siempre, en cualquier género y verla en esta película, la manera en que muta y como lo hace, es simplemente espectacular. Tenemos también a la estrella en ascenso Carolina Yuste, a los exprimentados José Coronado, Gonzalo de Castro y Pepa Aniorte, que coralmente todos son fascinantes.
La directora sigue sorprendiendo con esta película. La familia perfecta es una cinta inteligente y con mensaje.