Los fantasmas atacan al jefe

Richard Donner director estadounidense quien en su haber tiene obras tan reconocidas, y clásicas ya, como son Superman (1978), La profecía (1976), Lady Halcón (1985) o la saga de Arma Letal.

Sus películas de corte clásico y sencillo han resultado calar hondo en el imaginario colectivo, sobre todo las realizadas durante los años 80, siendo aún queridas hoy en día. ¿Quién no recuerda o quién no ha visto por ejemplo esa historia de un grupo de chicos aventureros que se meten en cuevas y laberintos para encontrar el tesoro de un viejo pirata? ¿Quién de pequeño no soñó alguna vez ser uno más de Los Goonies?

Entre todos estos clásicos hay uno que año a año se repite, seguramente apoyado por las fechas en las que estamos. Un clásico del cine basado en una aún más clásica obra literaria como es el Cuento de Navidad de Charles Dickens.

Se trata de Los fantasmas atacan al jefe (Scrooged, 1988), en la que un modernizado Mr. Scrooge es ahora directivo de una importante cadena de televisión. Por lo demás todo sigue igual, la visita de los tres fantasmas, los arrepentimientos sobre la vida que se lleva y el hecho de que al perecer la Navidad todo lo arregla, aunque esto, parafraseando al protagonista, podríamos decir que sólo son “paparruchas”.

Dejando de lado los aspectos navideños más sensibleros, la película funciona. Es rápida, muy ágil. El cabreo persistente que habita en el protagonista interpretado por Bill Murray, atrapa. Los toques de humor negro que van apareciendo durante la historia aportan un toque cómico delicioso. Un toque que sobresale grandiosamente en el fantasma de las navidades presentes. Su aparición, al completo, no tiene desperdicio alguno. Lo que tampoco tiene desperdicio es la breve aparición de algunos actores como Robert Mitchum, Anne Ramsey o Lee Majors.

La historia, por ser navideña, no se escapa de algún momento ñoño incluso de vergüenza ajena, pero superados estos breves instantes el buen rato y la diversión están asegurados.