Filmfilicos blog de cine
Home Filmblog Películas Una casa hecha de astillas

Una casa hecha de astillas | Oscars 2023 | Documentales

La guerra destruye todo aquello que damos por seguro. Arrasa ciudades, instituciones, y, lo más importante, aniquila el futuro. Una historia cruel y oscura que refleja la realidad de los niños que nunca más tendrán ilusiones. Que no vivirán mañanas de risas y juegos despreocupados y se enfrentarán desde muy temprano a la tragedia y el absurdo de la vida. Considerado uno de los mejores documentales de 2022, nominado a los Premios Oscar 2023 y ganador del premio a la Mejor Dirección en el Festival de Sundance, Una casa hecha de astillas está dirigido por Simon Lereng y en España está disponible en Filmin.

El día empieza mostrando una mañana cualquiera de unos niños que remolonean en la cama mientras una señora amable intenta despertarlos con cariño. A nadie le gusta madrugar, y mucho menos si la realidad que te espera te recuerda que estás solo en medio de un país que se desmorona.

La casa en la que viven está hecha de astillas y restos de los hogares que tuvieron un día. La cinta muestra un intento de hogar que alberga a niños ucranianos retirados de sus hogares mientras la justicia toma una decisión sobre la custodia de sus padres. El dolor empieza a filtrarse en conversaciones del personal que tratan de contactar con unos padres ausentes que ni siquiera se preocupan por responder al teléfono y, si aparecen, es bajo los efectos del alcohol y las drogas. El cine tiene muchas funciones y una de ellas es la de despertar consciencias y eso es lo que trata de hacer este documental. Una coproducción ucraniana, danesa sueca y finlandesa que ha sido considerada una película “conmovedora y desgarradora”

Desde mi punto de vista, no existe en ella la belleza. Y los breves instantes de luz en los que esos niños perdidos vuelven a brillar, se apagan con el peso de una realidad aplastante que se empeña en demostrarles que no valen nada. La emotiva historia que tratan de construir se pierde entre reproches a inocentes. Porque no olvidemos que ellos no son parte activa, son las víctimas de un entorno y un sistema que los ha abandonado. Tras la fachada de un país en guerra vemos el reflejo de una sociedad que lleva mucho tiempo viviendo en la precariedad. Un mundo en el que los sueños no tienen cabida y ser niño está prohibido. Refleja el capitalismo más brutal y deshumanizante: no olvidéis que valéis aquello que sois capaces de producir.

Cuando vi el documental no me gustó nada y me daba mucha pereza reseñarla porque no me gustó el enfoque, se me hizo pesada y repetitiva. Al revisitarla en el recuerdo he entendido su impacto. Percibí miradas muy turbias (especialmente sobre las niñas que empiezan a descubrir su cuerpo y sus emociones), la incomodidad de asistir a escenas íntimas que despojan a seres humanos de su integridad y les muestra vulnerables mientras a los niños se les exige una fortaleza militar y a las niñas una belleza sumisa.

La tristeza de una habitación llena de ropa y esas coletas tan tirantes que duelen. Pequeños gestos del día a día que lastran a unos niños que no eligieron venir. A los que aquellos que tenían que cuidarlos, los han abandonado.

“Este centro es distinto a un orfanato corriente porque son niños cuyos padres han perdido su custodia y solo pueden estar internados un máximo de 9 meses” menos de un año marca el destino de toda una vida, de cientos de vidas. 9 meses en los que los jueces deciden si pueden volver con sus familias, si se van con otra familia (a la que logren impresionar para que se los quede) o si vivirán el resto de su precaria infancia en un orfanato.

Un hogar de paso, una casa de astillas a punto de desmoronarse con la siguiente llamada sin contestar en ese móvil roto de uso público que cuelga en medio del pasillo y recuerda demasiado al de una cárcel de película. Una casa hecha de astillas

No habrá final feliz para ellos, el sistema ya los ha condenado por unos delitos que aún no han tenido tiempo de cometer.

 

La nota de filmfilicos
Autor/a
(AKA )
Autobiografía: Zulay Montero estudió Periodismo por culpa de su libro favorito de pequeña: Sheila la Magnifica, en el que una niña creativa (y un poquito mentirosa) montaba un periódico durante un campamento de verano. Con el tiempo, la realidad de los medios de comunicación fue rompiendo sus sueños hasta hacerla caer en el lado oscuro de la publicidad. Ahora está de vuelta, retomando su pasión y dejando salir su auténtica voz: irónica, cruel y satírica, esa que se escondía tras la máscara de pretendida cordura que construyó para encajar. También es fan de cantar mal por la calle, estudiar filosofía para que su vida sea aún más absurda y trabajar en marketing mientras monta una ONG de comunicación solidaria. Pura contradicción e hipocresía. Frase: "Tonterías. Solo lo dices porque nadie lo ha hecho nunca" - La princesa prometida

Responder

  He leído y acepto la política de privacidad de filmfilicos.com

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Rafael Mollá Sanmartin
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, eliminación y olvido.
  • Contacto: contacto@filmfilicos.com.
  • Información adicional en: nuestra política de privacidad.