Ghost Rider: Espíritu de venganza
En vista del poco éxito que tuvo tanto Ghost Rider en el cine como la primera entrega (de este siglo) de Punisher, el departamento de Marvel dedicado a las adaptaciones de largometrajes decidió que estos héroes necesitaban otro sello para ser tomados como “menores” (aunque no me gusta el termino pero por decirlo de alguna manera) respecto al resto. Así pues se formó Marvel Knights, sello que ya existía en los comics dedicado a héroes más urbanos e historias algo más oscuras. Aunque no duró demasiado, ya que después de Punisher: Zona de guerra y la que aquí me ocupa no se han vuelto a ver movimientos en este sentido.
Con la maldición del Jinete Fantasma pesando sobre sus espaldas Jhonny Blaze (interpretado por Nicolas Cage) ha decidido desplazarse a Europa en pos de buscar a Roarke (Ciaran Hinds), otro alias del diablo con quien hizo el trato que le dejó en semejante situación. Casualmente Roark si que se encuentra en este continente, y concretamente buscando a su hijo y heredero de todos sus poderes, Danny (Fergus Riordan), que vive con su madre humana Nadya (Violante Placido) en un monasterio custodiado por monjes guerreros como Moreau (Idris Elba). Roark averigua el paradero de estos y envía a sus fuerzas a atacar la fortaleza propiciando que madre e hijo huyan. Es entonces cuando Moreau acude a Jhonny prometiéndole que puede librarle de la maldición del Jinete Fantasma si le brinda su ayuda. Otro trato que no podrá rechazar.
En esta entrega respecto a la anterior se ha visto una mejoría visual, por otra parte eso era algo fácilmente superable. Pero aun así hay escenas en los que esto es más que interesante, como en las transformaciones en Motorista Fantasma, o el efecto del fuego. Aunque también es verdad que el recurso fácil de ilustraciones animadas para contar ciertos aspectos del pasado del personaje consiguen sacar un poco de la trama. En la banda sonora no hay mucho reseñable. Se usan temas rockeros en la mayoría de las escenas, sobretodo de acción, pero ninguna pasa del aprobado raspado.
El elenco de actores es incluso más escueto que en su primera película, y para colmo de males sus actuaciones no mejoran. Tenemos a un Nicolas Cage llevando al extremo su (sobre)actuación que me llegó a evocar recuerdos de su interpretacion en Teniente Corrupto (la del 2009); a Idris Elba en lo que probablemente sea la actuación menos esmerada de su carrera, lo cual me parece una lástima; y del resto ya ni quiero hablar porque fue incluso peor. Los directores Mark Neveldine y Brian Taylor, directores de Crank, fueron los encargados de llevar esta entrega al cine, que mejoraron lo anteriormente visto pero no mucho más.
Como he ido mencionando, esta entrega es mejor que la anterior, que tampoco es algo muy difícil, pero sigue siendo una película regulera. Es verdad que ayudó que no se tomara a en serio a si misma teniendo en cuenta el personaje y quien lo interpretaba, que también tiene toques de humor bastante ácido, por no hablar de que el uso de distintos vehículos por parte del Jinete lo hace entretenido; pero el argumento se va desinflando conforme avanza la cinta. Esto sumado a todo lo demás la hacen una película de acción algo diferente pero sin llegar a despuntar y tampoco hacer honor al personaje original. Pero bueno, para ello siempre nos quedará el Motorista Fantasma brevemente mostrado en Agentes de SHIELD, que tampoco tenia el listón tan alto.
No importa lo mucho que corras, hay demonios de los que no se puede escapar.