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Honeymoon

En 2021 Netflix se atrevió con un pequeño experimento: estrenar una trilogía de terror como era Fear Street durante tres semanas, generando un poco de conversación entre los seguidores del género. La encargada en las labores de guion y especialmente de dirección era Leigh Janiak, y viendo el notable resultado con aquella trilogía quise indagar un poco para comprobar si tenía algún trabajo previo. Mi búsqueda resultó ser bastante positiva, y aprovechando la voz de una directora en el terror no podía quedarme de brazos cruzados sin darle un pequeño halo de luz. Os hablo de Honeymoon.

Paul y Bea son una pareja de recién casados que van a pasar su luna de miel a una recóndita cabaña cerca del lago en Canadá. Todo parece marchar con tranquilidad, hasta que una noche Paul encuentra a Bea desorientada en el bosque, algo que ella atribuye a un posible sonambulismo. Pero el comportamiento de Bea cambia tras ese incidente, lo que le lleva a Paul a preguntarse qué le pasa en realidad a su mujer.

Con un planteamiento de pareja aislada en medio de ninguna parte, las posibilidades para que esa felicidad se tuerza son varias aunque la mayoría ya estén vistas y el espectador pueda intuir con facilidad hacia donde puede ir la trama. Sin embargo, con un primer vistazo, queda claro que Janiak prefiere tomarse su tiempo para establecer las dinámicas de la pareja con una naturalidad y una sensibilidad encomiables, hasta el punto de que uno se cree que realmente no se trata de actores sino de una pareja cualquiera con muchísima complicidad disfrutando de su luna de miel y adaptándose a un nuevo paso de su relación. Esta decisión es un gran acierto, pues así se forma un muy necesario vinculo de empatía con el público, en el que los espectadores se van familiarizando con ellos, conociendo los detalles de ambos y siendo testigo de sus momentos más plenos.

Pero incluso antes de que entre en juego el detonante, queda patente que ninguna pareja por muy feliz que se vea a simple vista es perfecta. Hay discrepancias entre ellos en lo relativo al sexo, la maternidad/paternidad o los celos, posturas que cualquier pareja ha discutido sus puntos de vista en algún momento, y con suerte han llegado a un acuerdo saludable. Sin embargo, también suele ser habitual que esas discusiones sean una cuestión momentánea, que si la discusión no llega a mayores el asunto queda suspendido entre las personas y posteriormente se pretenda actuar con normalidad. Solo que por mucho que se quieran dejar de lado esas discusiones sin resolver, de manera inevitable han empezado a socavar la superficie y un pequeño resquemor se queda enquistado en todo el tejido.

Honeymoon

Con todas esas discrepancias sobre la mesa sumadas a un ambiente aislado resultan el perfecto caldo de cultivo para que a la menor irrupción externa todo empiece a desmoronarse. Llegada a esta situación, es fácil entender las posturas de ambos. Para Paul, Bea está actuando de una forma extraña desde que la encontró sola en el bosque sin aparentemente recordar nada, pero resulta escalofriante cuando una persona a la él conoce tanto como es su mujer de la noche a la mañana comienza a comportarse de forma muy diferente, disparando todo tipo de sospechas con mayor o menor fundamento. Y por parte de Bea, puede verse que Paul esté actuando de una manera más controladora, exigiéndole cosas sobre las que no tiene ninguna potestad o que sea él quién está haciendo un problema más grande de lo que en realidad es. Esas actitudes tan diferentes entre ambos hacen que la locura y la paranoia se instale en todos los rincones de la casa, resultando en un ambiente muy opresivo. El conflicto podría reducirse a un thriller con carga psicológica, pero por fortuna va un paso más allá y tiene escenas muy potentes de auténtico terror, especialmente de body horror consecuente con todo lo que se ha ido viendo en la película, y de otro género del que es mejor no comentar mucho a riesgo de spoilers.

Dado que Paul y Bea son casi los únicos personajes de la cinta, todo el peso recae sobre la pareja de actores, por lo que Rose Leslie y Harry Treadaway hacen un excelente trabajo poniéndose al servicio de la historia y plasmando con absoluta convicción todas las fases de la pareja. Desde los primeros momentos idealizados en los que el espectador se familiariza con ellos y casi que se enamora de ellos para luego pasar a las primeras grietas que les ponen en jaque y al posterior descontrol donde nada es lo que parece y la desconfianza ya es tan grande que lo empaña todo sin que se pueda razonar. Un deterioro doloroso donde ambos actores dan todo de sí hasta el punto que de sentirse muy real.

Si tuviera que alzar la ceja con algo sería en su resolución. No pilla por sorpresa, pues durante todo el metraje han ido dando pistas sobre lo que sucede, pero en mi opinión más personal no hubiese estado de más una explicación más cerrada para darle el broche de oro. Pero a pesar de ese pequeño desinfle final, es de agradecer que la película logre mantener pegado al espectador hasta el final con una idea tan sencilla y al mismo tiempo tan efectiva.

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