Como cada año, me gusta disfrutar de la Fiesta del Cine, donde durante unos días las entradas están a un precio razonable. Y sí, lo he dicho como lo pienso y no voy a desarrollarlo ahora. Aunque la cartelera no estaba muy boyante alguna cosa interesante había y decidí ir a ver: No te preocupes querida (Don’t Worry Darling) dirigida por Olivia Wilde, con guion de Katie Silberman, Carey Van Dyke y Shane Van Dyke.
De que trata la película
Ambientada en la década de los 50 estadounidenses, «No te preocupes querida» cuenta la historia de Alice (Florence Pugh) y Jack (Harry Styles), una pareja aparentemente feliz, que tienen la suerte de vivir en una apacible comunidad idealizada y casi utópica de Victoria. Se trata de una ciudad experimental creada por una compañía donde los hombres trabajan para el «Proyecto Victoria» de muy alto secreto y que arrastran a sus familias hasta allí para disfrutar de una vida «idílica».
Cuando comienzan a verse grietas en esa idílica vida, y Alice descubre algunos detalles sobre el trabajo secreto de su marido, sus preocupaciones irán aumentando y no podrá evitar preguntarse que está haciendo en Victoria y por qué está allí. Mientras el resto de mujeres tienen un perfil bajo y se ciñen a ser discretas y sumisas, ella comenzará a comprender que su feliz y tranquila vida oculta secretos siniestros.
En el reparto encontramos otros nombres como Chris Pine, Gemma Chan, KiKi Layne, Nick Kroll, Douglas Smith o la propia Olivia Wilde, entre otros.
Crítica de No te preocupes querida
Lo más destacado de esta película sin duda es la interpretación de Florence Pugh, se tira la película a la espalda con una muy interesante actuación. De hecho el resto del elenco aportan bien poco, y eso lo digo sabiendo que Olivia Wilde también forma parte de él.
Hablando de ella, creo que Olivia Wilde ya demostró en Súper empollonas su talento tras las cámaras y creo que con esta nueva propuesta se reafirma aunque tampoco sea lo mas señalable de la película.
Si algo flojea de la película es parte de su guión, sobre todo en su acto central que casi se carga el film. Inicialmente todo es desconcertante al ver todo ese buen rollo al que sobrevuelan muchas dudas, de esta forma la película te engancha. Pero luego hay una larga parte de nada, solo animada por ver a Florence Pugh haciendo «lo suyo». Cuando todo se va a desenlazando y se descubre la cruda realidad, vuelve a animarse y tiene un final bastante interesante.
O al menos así lo veo yo.
