El insoportable peso de un talento descomunal
¿Se imaginan una película protagonizada por Nicolas Cage en la que interpreta a Nicolas Cage, donde Nicolas Cage está haciendo una película sobre Nicolas Cage y demás tiene un amigo imaginario que también es Nicolas Cage? Yo sé que se les ha quedado cara de no entender nada. Pero tiene más sentido del que creen. Por eso hoy les vengo a platicar sobre El insoportable peso de un talento descomunal.
Y pues sí, efectivamente Nicolas Cage (Nicolas Cage) está pasando por un momento decadente en su carrera de actor, le llegan pocos trabajos grandes y ya no es tomado en cuenta como en su época dorada (cualquier parecido con la realidad seguro es coincidencia), su familia, especialmente su hija Addy (Lily Mo Sheen) sufre esta crisis, al tener que tolerar su alardeo insufrible, su autofanatismo y que el hombre no deja de hablar de cine y sus películas. Su manager, consciente de que hay que pagar las cuentas, le consigue un proyecto independiente, de un guionista desconocido, Javi (Pedro Pascal) que está ligado con el narco y el secuestro de la hija de un gobernador. En el camino las cosas se ponen rudas y el actor termina trabajando para el FBI y lo demás es pura comedia y acción noventera.
El bucle comienza cuando te das cuenta que el guionista es fan del actor y quiere hacer una película sobre ellos dos… pfff!
Es seguro que no estamos frente a la mejor película de Cage, ni de cerca. No hay novedad en la historia, de verdad, toda su acción bien la podríamos haber sacado de “Hora punta” aunque tampoco se atreva a tanto; su comedia también es muy simple. Pero funciona, de verdad funciona.
Y es que resulta muy entretenido ver como en El insoportable peso de un talento descomunal, Nicolas Cage se da el tiempo de reírse de sí mismo, del cine de acción, del crimen y hasta de sus fans.
Intenta ser una película de acción aunque su fuerte es la comedia, lo particular es que no vamos a ver ni una sola escena con efectos especiales de explosiones ni trucos increíbles con armas de todo tipo, ni automóviles chocando; todo transcurre de forma muy simple y tiene toda la lógica pues el actor es él mismo, sin dobles ni nada parecido.
Yo la disfruté mucho, pero sí me pareció incomodo que le inventaran un amigo imaginario a manera de conciencia que le atormenta recordándole lo que hace mal o bien y jalándolo al mundillo de la fama.
El insoportable peso de un talento descomunal está bien para pasar el rato, seguro que está más pensada en los fans o hasta en los trolls, porque no me atrevería a recomendarla a aquellos a los que el actor les resulta insufrible o que no están relacionados con su trabajo.
P.D. Creo que nunca en mi vida había tenido que escribir tantas veces “Nicolas Cage” ¡Jajaja!