Mis siguientes entrevistas en el marco del Hollyshorts London, fueron dos géneros cercanos a mi corazón: el horror y el suspenso. Sobre todo el horror y creo que para que una película de terror funcione, tienen que alinearse demasiadas cosas. Pienso que es uno de los géneros más difíciles de escribir y de dirigir, pero estas dos películas nos regalan una joya en cada uno de estos géneros, cada una interesante, bien escrita, y con la mezcla perfecta para hacer de la narración algo que te mantenga al borde del asiento.
La primera fue “Pearls” (Perlas), del director Alastair Train, con quien tuvimos una conversación muy agradable, y con quién hubiese podido hablar de esto durante horas y horas. “Pearls” nos cuenta la historia de Tony y Linda, una pareja que intenta tener una familia. Tony se enfrenta a problemas de fertilidad y recurre a Marvin, un misterioso comerciante de ostras cuyos productos prometen virilidad, pero Tony y Linda se verán envueltos en mucho más que eso.

El corto abre con la pareja teniendo relaciones, y por supuesto, el sexo es el que lleva película como vector. Para tener una familia se necesita tener sexo, para tener sexo se necesita poder desempeñarse, para esto se requiere del deseo, y con esto, un círculo de elementos que se necesitan el uno al otro, pero lo más claro, lo más humano y lo que se nos hace más evidente es el acto sexual. “¿Estás castigando el sexo de alguna manera”?, abro la entrevista con esta pregunta, ya que en el terror nos ha sugerido durante años que el sexo se castiga. Si nos ponemos a analizar, la gran mayoría de las películas de horror de los años 80 y 90, los personajes siempre mueren después de tener sexo, o cuando algo los relaciona a dicho acto. A lo que Alastair responde: “No castigo el sexo, y si necesito castigar algo sería la falta de comunicación del tema en general. Cuando estaba haciendo la investigación para la película, dondequiera veía una solución mágica para la infertilidad: afrodisíacos, pastillas, etc… y en ninguna parte se veía el ir a hablar con alguien del tema para solucionar estos problemas. Así que para mí, no se trata de atacar el sexo, se trata de atacar la inhabilidad de confrontar este problema, de hablar abiertamente de ello, en lugar de buscar soluciones mágicas o de simplemente colocar este problema del lado”.
Otra de las cosas es que las películas de terror no siempre se ven pulidas estéticamente, pero “Pearls” es preciosa, tiene el aspecto de una película con mucho presupuesto a lo que Alastair contesta: “El presupuesto no fue pequeño pero tampoco demasiado, fue más que todo gracias al diseñador de producción. Lo mejor es poner una parte alta del presupuesto en un buen diseñador de producción y hacer recortes en otras partes con la visión de éste”. Y si hay algo que necesita una película de terror, es un buen diseñador de producción.
La cinematografía es hermosa y Alastair nos comentó que se ve influenciado por el cine ochentero de Cronenberg y Carpenter (de quien pudiéramos hablar horas). Trabaja con el mismo director de fotografía desde hace años, y la comunicación entre ellos los ha llevado a desarrollar un estilo que intentan llevar a todas sus películas.
“¿Es el terror tu género?, ¿Quieres quedarte allí?”, le pregunto y riendo le digo que debería, ya que es simplemente genial. “Me encanta la gente aterradora, sin embargo, no tiene que tratarse siempre del género de terror. El horror siempre será un factor, pero quizás puedo hacer algo más dramático”, dice Alastair. “La verdad es que creo que la película no es horror como tal, es decir, los primeros 12 minutos son más dramáticos que cualquier otra cosa y el terror llega al final”.
Continuamos hablando de Cronenberg, por supuesto, pero cuando tocamos a Carpenter, ya no pudimos parar. Alastair menciona que el filme que lo inspiró a hacer películas fue “The Thing” de Carpenter, el cual vio a los 12 años, cuando quizás no debería haberlo visto, pero supo inmediatamente que quería hacer películas de ese estilo.
La película ya ha pasado por 12 festivales, y le pregunto si quisiera hacer algo más con este corto, ya que muchas de las veces, los cortos son utilizados como pruebas de concepto para un largometraje. El director alega que siempre quiso que se quedara en corto, no tiene intenciones de pasarlo a largometraje pero que de hacer algo más con él, sería posiblemente una precuela de Marvin, el comerciante de ostras, ya que el film muestra elementos de su vida que pueden ser explotados de una manera muy interesante.
Todo funciona en esta película, la historia, los actores, la fotografía, el maquillaje. Absolutamente todo está pensado con los más altos estándares.

Mi siguiente charla, aunque breve, fue con Jonny Durgan, y su película G.S.W.
Beth y Jo, son paramédicos asistiendo a una víctima de una herida de bala autoinfligida. La situación escala cuando les llega la noticia en la radio de un tiroteo en una escuela cercana, escuela donde estudia el hijo de Beth. Aún no han atrapado al autor, quien corresponde con la descripción del sujeto que intentan salvar.
La película, filmada enteramente dentro de una ambulancia, con actuaciones impresionantes y únicamente movimientos de cámara para apoyar a la narración, es increíble. El director nos comenta que es un tema cercano a todos, esta realidad es tan palpable, aunque no siempre suceda en Reino Unido, pero estamos tan humanamente conectados con este tipo de situaciones que es muy difícil no querer hablar de ellas.
Su idea proviene de sus propios padres quienes trabajaron en el área de la medicina “No eran paramédicos, pero mi madre trabajaba para las salas de emergencia, así que en la casa siempre se hablaba de estas situaciones bajo presión de vida o muerte. Siempre quise hacer algo que envolviera eso. También tengo un hijo pequeño, creo que también eso influyó a que escribiera sobre eso. Supongo que el saber que él no está a mi cuidado mientras está en el colegio, jugó en mi inconsciente para escribir esto”
Jonny nos comenta también que G.S.W. es el acrónimo de Gunshot Wound. Término que se utiliza en el área para describir cuando un paciente ingresa debido a un tiro.
Moral, ética y amor de padre, todo esto se conjuga en la película y crea una dualidad casi imposible de imaginar, hermosamente personificada por Genevieve O’Reilly and Kya Brame, dos grandes artistas que solo necesitaron de una toma en muchos de los casos, para conseguir el resultado deseado. “Tuve la suerte y el honor absoluto de trabajar con tan buenas actrices. No necesitan hablar, el intercambio de sus miradas lo dice todo”, dice Jonny.
También comenta que una semana después de grabar esta película, sucedió otro tiroteo en una escuela de los Estados Unidos. Es un tema tristemente de actualidad y que no parece acabar, pero quiso esta vez, tocarlo desde la perspectiva de una madre, quien, a su vez, tiene como deber el de salvar a los heridos, pero, ¿qué sucede cuando el herido es potencialmente el autor del tiroteo donde pudo haber matado a tu hijo? Es una situación moral extremadamente complicada, que se balancea hermosamente entre las dos actrices, quienes intercambian roles con el pasar de los minutos, siendo una la voz de la razón, mientras la otra, es simplemente la voz de una madre.
Ambos son cortometrajes poderosos, cada uno desde su género, bien escritos, tratando problemáticas sociales desde lentes íntimos y realistas.











