1917

“No puedo creer lo que acabo de ver. No puedo creer lo que acabo de vivir”. Ese fue mi pensamiento al encenderse las luces de la sala y darme cuenta de que había vuelto a la seguridad de mi vida normal en 2020, y que las dos horas de tensión que había experimentado junto a mis compañeros de regimiento en 1917, en el corazón de una Europa destrozada por la Gran Guerra, habían terminado. Suspiré con alivio, con los ojos brillantes por la emoción. Puede que Sam Mendes sea un loco… pero bendita locura la suya.

1917 (Sam Mendes, 2019), la más reciente película del director británico,  ha cosechado 10 nominaciones a los premios de la Academia, y creo que a partir de ellas será más fácil comprender el alcance a nivel técnico de esta película.

Nominada a Mejor Guión Original

1917 te transporta (casi literalmente) a la primavera de ese año, en plena I Guerra Mundial. Su argumento es sencillo: dos cabos del ejército inglés son elegidos para llevar un importante mensaje a otro regimiento que se prepara para entrar en batalla al amanecer. Tendrán que cruzar la tierra de nadie, la tierra baldía horadada con kilómetros de trincheras, quemada, bombardeada, apenas con vagos reductos de vida y amenazada por el ejército enemigo, si quieren llegar a su destino.

Lo cierto es que esta es una de las nominaciones que no me terminan de encajar en esta película. No es que el guión sea un desastre, ni mucho menos. Pero lo cierto es que la trama carece de giros o diálogos memorables. De hecho, mi impresión es que el guión está tan supeditado a ciertos aspectos técnicos del filme, y a la intención del director de hacernos vivir una experiencia inmersiva, que es el aspecto menos pulido. Eso sí, la acción apenas da descanso, y las dos horas del filme se pasan en un suspiro, en una carrera que nos dejará agotados incluso desde la comodidad de nuestra butaca.

A pesar de que no haya sido nominado, creo que es de ley destacar el gran trabajo del joven George MacKay y en menor medida, Dean-Charles Chapman como los cabos a cargo de la peligrosa misión. Curiosamente, los papeles de los grandes nombres de esta película (Colin Firth, Benedict Cumberbatch y Mark Strong) son meramente anecdóticos.

Nominada a Mejor Diseño de Producción

Comenzamos a entrar en faena, porque se trata de uno de los puntos fuertes de la película, y se lo debemos a Dennis Gassner y Lee Sandales. Tanto las localizaciones como los distintos sets donde fue rodada 1917 impresionan por su verosimilitud. Kilómetros de trincheras excavadas, y parte de una ciudad bombardeada construida en mitad de la campiña inglesa emulando la Francia de principios del siglo XX. Un trabajo detallado y muy de agradecer en estos tiempos digitales, que han aportado solidez al viaje de nuestros protagonistas.

Nominada a Mejor Maquillaje y Peluquería

Merecida nominación a la labor de Naomi Donne, Tristan Versluis y Rebecca Cole, que han conseguido que la apariencia de los soldados (heridos de múltiples formas, mutilados, moribundos, o simplemente agotados) sea fidedigna. En mi opinión también hubiera encajado la nominación al Mejor Diseño de Vestuario, sorprendentemente realista y lejos de la sensación de “disfraz” de algunas películas bélicas.

Nominada a Mejores Efectos Visuales

Si bien la base de los escenarios de 1917 ha sido “física”, no se pueden negar que el uso del CGI (a cargo de Guillaume Rocheron, Greg Butler y Dominic Tuohy) ha elevado visualmente la calidad del filme. De hecho, el plano secuencia que vertebra la película (y que es uno de los aspectos que más llama la atención en su visionado) depende de la imagen digital para su continuidad. De igual forma, se utilizado para afinar, embellecer y expandir los límites de cada secuencia. Sin grandes artificios, ha conseguido un equilibrio entre lo cotidiano y lo espectacular realmente digno de mención.

Nominada a Mejor Mezcla de Sonido y Nominada a Mejor Montaje de Sonido

No me extenderé en unas categorías de la que a pesar de su importancia, por desgracia carezco de conocimientos siquiera básicos. Sólo diré que la sensación en todo momento de estar en mitad de cualquiera de las escenas se debe en gran parte al acompañamiento sonoro de las imágenes. Las botas horadando la tierra baldía, el vuelo de cada mosca que rodea a un cadáver, el apagado sonido del motor de un avión que planea en la distancia, los disparos que parecían cruzar la sala… cada detalle se nota que ha sido cuidado con esmero y fidelidad.

Nominada a Mejor Música Original

Tampoco me extenderé en este apartado, por la misma razón que en el anterior. Pero es indudable que la partitura que acompaña el viaje de nuestros protagonistas, compuesta por Thomas Newman (con una extensa carrera y 15 nominaciones a sus espaldas) es otro de los puntos fuertes del filme, responsable en muchas ocasiones de aportar la emoción de la que carece el guión, pero sobre todo, de reforzar la tensión que las múltiples vicisitudes de los protagonistas provocan en el espectador.

Nominada a Mejor Fotografía

Vamos ahora con el mayor reclamo de 1917, una película concebida como un plano secuencia (obviamente construido a partir de secuencias más cortas, como ya hiciera Hitchcock en La soga) con escenas de una belleza que contrasta vivamente con la infame guerra que retrata. Seguir a los actores cámara en mano a pie, en moto o en cualquier otro vehículo nos permite convertirnos en parte integrante de la expedición de los cabos Schofield y Blake. Caminaremos con el corazón en un puño, suspiraremos de alivio al ver la luz al final de un túnel, contendremos el aliento para no ser detectados por nuestros enemigos, y trataremos de recuperarlo tras una carrera para salvar nuestra vida. Sin necesidad de unas gafas de realidad virtual, Sam Mendes nos regala un billete de ida y vuelta en un viaje demoledor.

A nivel de iluminación, nos recuerda al trabajo de Hoyte van Hoytema en Dunkerque (Christopher Nolan, 2017), aunque en mi opinión aquí Roger Deakins sube la apuesta y arriesga con elementos como las bengalas, el fuego o la luz de las velas, creando imágenes que se quedarán en nuestras retinas durante mucho tiempo.

Nominada a Mejor Director

No hubiese sido de recibo dejar sin nominación al creador de esta maravillosa locura. 1917 está dedicada a su abuelo, quien combatió en la Gran Guerra y del que Mendes escuchó historias que quiso plasmar en este filme. Si algo está claro, es que este es un proyecto personal, valiente y arriesgado, una apuesta que derrocha ilusión, esfuerzo y compromiso y por el que el director tiene serias opciones de alzarse con la dorada estatuilla.

Nominada a Mejor Película

Por todo lo expuesto anteriormente, esta nominación era más que esperable. Sin duda, 1917 es una de las películas del año, sobre todo a nivel técnico. Y no puedo más que recomendaros que la visionéis en pantalla grande, pues ha sido concebida para ello. No digo que no sea disfrutable desde la comodidad de tu sofá, pero os aseguro que experimentarla en cines merece la pena. Así que si todavía la tenéis pendiente, no lo dudéis un momento y acudid a salas a vivir un viaje difícilmente olvidable.