Desaparecer Por Completo
Hace poco tiempo, un video en internet me convenció de ver una película mexicana de terror. Si una cosa recuerdo mucho, es que el video decía con mucha insistencia es que esta película sí estaba buena. Y es que el cine mexicano nos ha quedado a deber mucho en este género. Pero me entró la curiosidad y decidí darle una oportunidad y después de haber visto “Desaparecer Por Completo (2022)”, les vengo a platicar qué me pareció.
La película dirigida por Luis Javier Henaine, nos cuenta la historia de Santiago (Harold Torres), un fotoperiodista encargado de capturar las imágenes más grotescas de la nota roja. Una noche, a pesar de las advertencias de la policía, se infiltra en una misteriosa y perturbadora escena de un crimen. Tras tomar sus fotografías y huir para evitar problemas con la ley, Santiago comienza a tener síntomas de una extraña enfermedad que lo llevará a perder uno a uno sus sentidos.
Esta película tiene tantas cosas buenas como malas y es que es realmente difícil que el cine mexicano logre acertar a todo. Pero empecemos por lo bueno y es que, al menos, es una historia fresca que, aunque tiene muchas referencias, no deja de ser una historia que se siente original, posee muchos elementos de la cultura mexicana, desde la detestable corrupción y la delincuencia, hasta los rituales de brujería, las limpias y los paisajes que retratan lugares muy populares de la Ciudad de México.
El guión está bastante bien escrito, muy coherente y con bastante buen ritmo que desde el inicio logra provocar curiosidad por saber en qué va a terminar o hasta qué punto aterrador nos va a llevar la historia y las actuaciones aportan su parte con muy buena calidad.
Sin embargo, hay cosas en esta película que no terminan de gustarme. En principio que parece muy hecha por principiantes, el montaje en especial me resulta incómodo, como que está cuidado, pero cuidado de forma tan metódica que se nota en exceso cada intención, al grado de que casi se puede adivinar cada cuadro. O no sé, algo pasa con cada cambio de toma que parece muy forzado. Aunque en realidad eso está mucho más relacionado con el estilo y el gusto personal, sí es algo que siento muy característico del cine mexicano y eso lo hace verse poco profesional.
Lo que de plano no me gusta de Desaparecer Por Completo es que saturan de todo, como que suponen que poner mucho de todo les va a dar calidad, por ejemplo, el aporte de terror que aparece por todos lados, en las fotos, en la parte sobrenatural, en la delincuencia, en el temor a perder la salud, en la soledad, en la crueldad con animales, en la brujería y llega a tanto que satura y al final todo se vuelve cansado y el miedo se va.
Además, hay momentos en los que vemos más la cámara del protagonista que al propio actor. Creo que desde el inicio es muy claro que es fotógrafo y ama su trabajo, pero toma tantas, tantas fotos que más que parecer algo natural considero que terminan distrayendo y cansando.
Con todo y mis quejas, Desaparecer Por Completo sí vale la pena y no deja de ser una buena historia que pocas veces vemos, que está tratando de destacar entre el cine de terror mexicano que no termina de cuajar, pero ya está dando muestras de que se pueden hacer cosas dignas de verse y recomendarse.
