Wolfwalkers
La llegada de los Óscars, los premios más importantes del séptimo arte, aunque normalmente sin hacer justicia a las maravillas que nos ofrece este arte, suele llegar precedida de multitud de críticas a las películas nominadas y es por ello que, en esta ocasión, te traigo un pequeño apunte acerca de una de las películas de animación más valientes de los últimos tiempos, aunque sea demasiado complicado competir con gigantes del mundo dibujado, como pueder ser la Soul de Pixar. Hoy os hablo de Wolfwalkers.
En Wolfwalkers partimos de un cuento de hadas, una historia para los más pequeños y una narración casi pintada a mano mientras la vemos, donde Irlanda toma el protagonismo justo para ofrecernos, casi regalarnos, parte de su folclore y sus tradiciones ancestrales, con mundos mágicos por descubrir y que nos son accesibles para todo el mundo, en parte la razón por la que la película está protagonizada por dos inocentes niñas, una valiente y confiada y otra más reticente a abrir los ojos a la fantasía.
Su presentación y primeros instantes me recordaron, salvando las distancias de la época, a los primeros pasos de Disney en el cine de animación, donde utilizaba a la naturaleza como parte protagonista de sus historias. En esta ocasión, los viajes astrales en forma de lobo y la conexión con todo lo que nos rodea, y que nos hace formar parte de un todo con la Tierra, son la excusa perfecta para castigar al hombre por su desconexión de la misma, encerrándose en ciudades amuralladas, y olvidando cómo hemos llegado hasta nuestros días en una evolución de la mano de todos los seres que nos acompañan.
Como punto final, que es uno de los que más destacan después de un primer visionado, la película, tan apta para los más pequeños de la casa como para los mayores con ansias de mundos fantásticos, es una oda a la animación artesana, consiguiendo algunos planos tan bonitos, que te dejarán con la boca abierta. Los colores del bosque, contrapuestos a la oscuridad de la ciudad, llenan de vida cualquiera que sea la pantalla que elijas, a más grande mejor, para ver una de las obras de animación más encantadoras, soñadoras y enigmáticas de los últimos tiempos. Por cierto, Apple TV+, distribuidora del film, comienza a asomar la cabeza en premios y medios de comunicación.