American Pastoral
Hoy vuelvo a hablaros de cine, ya que he podido disfrutar del preestreno de American Pastoral, que ve la luz en España el viernes 9 de junio y que, en pocas palabras, a pesar de tener todos los ingredientes para ser uno de los dramas del año, la cinta se desinfla por momentos en su parte final, queriendo transmitir un sinfín de acontecimientos, sin llegar a decantarse por ninguno en profundidad.
En la dirección encontramos el debut de Ewan McGregor, conocido por interpretar a Obi-Wan en las nuevas de Star Wars, o al mítico drogadicto Mark, que le llevó a la fama en Trainspotting (1996). En la película que hoy comentamos, ejercerá de director/actor, destacando de manera sobresaliente en los dos ámbitos. La historia sobre American Pastoral, nos muestra la novela con mismo nombre, escrita por el estadounidense Philip Roth.
Centrándonos de pleno en el argumento, la historia nos narra a una familia americana en apariencia de corte tradicional de los años 60, aunque acabará siendo manchada por la tragedia y la desesperación.
Los acontecimientos nos mostrarán varias líneas temporales de la familia, reuniendo anécdotas durante décadas. Lo observaremos a través de los sentimientos de Seymour “El sueco” (Ewan McGregor), proveniente de familia judía, que se casará con la ex reina de la belleza Dawn (Jennifer Connelly), proveniente de una familia cristiana.
Juntos tendrán una hija, Merry (Dakota Fanning), sobre la cual girará la trama central de la película, ya que en su etapa de adolescente, se obsesiona con temas políticos y el poder del pueblo a través de la violencia, llevando a desestructurar a su familia hasta límites inesperados.
El film en resumen, trata de vendernos esa familia americana perfecta, de guapos y triunfadores que viven en un rancho, ajenos a todo problema. Esta familia comenzará a fracturarse con todas las consecuencias que trajeron los años 60 (Guerra de Vietnam, revueltas de la población negra y escándalos políticos), en los que se verá sumergida de lleno su hija, incluso siendo acusada de varios actos terroristas.
El problema viene, cuando quieres transmitir demasiadas cosas en tan poco tiempo, ya que la cinta quiere envolverse de un entorno hostil sobre religión, guerra y diferencias raciales; pero no acaba de centrarse en nada concreto, quedándose una gran historia sin llegar a culminar.
Quizás Ewan McGregor peque de novel en cuanto a la dirección se refiere, ya que a pesar de que son muy buenas sus intenciones, no acaba de convencer en su totalidad, pudiendo haber arriesgado más, sin duda el resultado hubiese sido bien distinto.
Lo más destacable de la cinta, y por lo que si merece tener ese voto a favor, es su línea temporal, que a pesar de recorrer varias décadas en sus 126 minutos de metraje, está tan bien definida que es muy difícil que el espectador se pierda o decaiga debido a sus saltos temporales.
Por último, las interpretaciones se encuentran a un sobresaliente nivel, el matrimonio ficticio formado por Ewan McGregor y Jennifer Connelly, logra transmitir un sin fin de emociones sin apenas despeinarse, pero destaco por encima de todo el papel que hace que el film recobre todo su sentido, no es otro que el de la hija Merry (Dakota Fanning), mostrando todo el arsenal de esa niña prodigio que ya se ha hecho mayor y que nos trae a esta adolescente, problemática, tartamuda. Sin lugar a dudas, una de las mejores interpretaciones de su carrera y que de merecer algún tipo de reconocimiento esta cinta, debería venir ligado a este personaje.