Dickinson

No mucha gente conoce esta serie perteneciente al catálogo de Apple TV, y es que la superpoblación de competidores del streaming nos lo pone complicado. Pero aún así era imperativo hablar de la serie “Dickinson” en el Ojo de Leela y recomendarla encarecidamente.

Así que aprovechando el reciente estreno de la tercera temporada (que me veré de una sentada prontico…) os voy a dar unas cuantas razones para verla.

Modernismo vintage

“Dickinson” está ambientada en 1850, aunque parece más moderna y feminista que muchas realidades actuales. Una serie que reimagina la vida de la poetisa Emily Dickinson, con un toque sublime de comedia, surrealismo y verso libre.

Lo cierto es que la premisa da mucho juego, ya que solo se conocen pinceladas sobre la vida real de la poetisa y la mayoría de aspectos de su vida solo pueden imaginarse a partir de su obra. A partir de esta base, la creadora Alena Smith consigue que las vivencias del personaje sean de lo más actuales, de hecho muchas veces nos parecerá que podrían ser las vivencias amorosas de cualquier joven actual.

Mezclar época y actualidad no es tan original, pero hacerlo bien sí

Podremos ver temas tan actuales como el feminismo, la obsesión por la fama, la presión social y familiar, la salud mental o la sexualidad, todo desde la óptica de un personaje que luchó a contracorriente en una sociedad que quería que fuese quien no era.

Realmente el personaje que se niega a seguir las reglas, el rebelde con causa, es un clásico en el audiovisual. Normalmente siempre contrapuesto a una figura de autoridad con valores muy rígidos, en este caso también muy bien interpretada por el padre de Emily (Toby Huss). Pero los matices son lo que hacen a los personajes especiales, y en este caso no faltan. Cualquier mujer feminista actual conectará con Emily, aunque sea bastante triste que hoy en día haya que seguir luchando. Gracias a mujeres como ella hemos avanzado.

Bisexualidad bien representada

Nunca había visto la bisexualidad de un personaje protagonista representada con tanta naturalidad. Hailee Steinfeild nos regala una interpretación que se come la pantalla, a veces hasta parece que vaya a salir de ella y tomarse un té con pastas con nosotras mientras nos habla sobre su idilio con la muerte y sus confusos sentimientos por Ben y Sue.

Vitamina para la neurona cultureta

Otro motivo para verla es que si no conocías la obra de Emily Dickinson te entrarán muchas ganas de saber más y de leerte sus poemas, lo cual es muy bueno para ejercitar las neuronas.

Además, Dickinson se va topando con varios autores contemporáneos suyos y estos encuentros nos sirven para desmitificar la fama dejándonos frases tan top como “Nunca conozcas a tus héroes”, que Henry David Thoreau le suelta en la primera temporada.