Powerless es una serie de televisión de comedia (y un poco de acción) desarrollada por Ben Queen, ambientada dentro del universo DC Comics. Se estrenó en Estados Unidos en febrero de 2017 y tiene una sola temporada de 12 episodios, cancelada ese mismo año. En España fue emitida por COSMO en abril de 2017 (y desde entonces quiero hablar de ella). La premisa: explorar qué sienten y hacen los ciudadanos normales cuando héroes y villanos lo destrozan todo a su paso, y alguien tiene que inventar la “protección anti-daños-colaterales”. Una idea fresca, con potencial, que combina lo absurdo con lo cotidiano.
De qué trata Powerless
La serie sigue a Emily Locke (Vanessa Hudgens), recién contratada como directora de I+D en Wayne Security, una subsidiaria de Wayne Enterprises situada en “Charm City”. Su trabajo consiste en diseñar productos que ayuden a los civiles a evitar daños colaterales cuando los superhéroes y supervillanos libran sus batallas. Emily llega con buenas ideas y muchas ganas, pero debe enfrentarse a un equipo con humor escéptico, un jefe ambicioso que se preocupa más por su carrera interna, y situaciones absurdas propias de una sitcom.
Actores principales
Vanessa Hudgens como Emily Locke: protagonista, entusiasta y optimista, tratando de que su ingenio y ética funcionen en un mundo que no para de explotar cosas.
Alan Tudyk como Vanderveer “Van” Wayne: jefe de Emily, pariente lejano de Bruce Wayne, cuyo objetivo es ascender dentro de la corporación, aunque a veces sus prioridades sean menos heroicas que sus ambiciones.
Danny Pudi interpreta a Teddy, compañero en Wayne Security que aporta humor nerd y sarcasmo al ambiente.
Christina Kirk como Jackie, asistente personal de Emily, que sufre y ríe con el caos del día a día en la oficina.
Ron Funches interpreta a Ron, colega de Teddy, con aparente buen rollo.
Reseña de Powerless
Tengo que decirlo: Powerless no es una serie para echar cohetes. No despega del todo porque la ambición no se traduce siempre en ejecución clara. Pero cumple. Tiene momentos simpáticos, ideas que funcionan (la idea de que no todos somos héroes, pero aún así podemos poner nuestro granito de arena), y bastante humor inesperado en situaciones absurdas: gadgets inútiles, prisas corporativas, el choque entre idealismo y realidad.
Me gustó cómo Emily lucha cada episodio por mantener su integridad en un sitio lleno de personas más preocupadas por titulares que por salvar vidas. Eso sí, muchas tramas recuerdan a comedias de oficina de toda la vida, con jefes inútiles, compañeros excéntricos y proyectos que se tambalean, solo que aquí con el añadido de gadgets anti-superhéroes y no siempre logran conectar. A veces parece que la serie no decide si quiere ser más sátira de superhéroes o más sitcom light. Pero cuando lo hace bien (por ejemplo cuando Emily aparece inventando algo ridículo para proteger a peatones de bombardeos de supervillanos), te ríes de verdad.
Ver Powerless me llevó a pensar en cómo nos gusta imaginar que habría “personas normales” que sufren consecuencias de grandes poderes. Ese contrapunto humano es precioso, es lo que hace que series que no tienen efectos espectaculares, explosiones gigantes o multiversos, sigan siendo necesarias. Porque al final, si las secuelas y plataformas siguen saturándonos de batallas épicas, ¿no necesitamos también momentos que digan: “oye, ¿y el civil de a pie?
Powerless es una serie con buenas intenciones, actuaciones decentes y alguna carcajada sincera, pero se queda corta. Quizás merecía algo más de continuidad, más riesgo, un poco más de puntería en el guion. Aun así, reconozco que entretiene lo suyo, y que su premisa, aunque no siempre aprovechada, tiene luz que podría haber brillado más.