Dos películas de terror hechas en Perú
A propósito del Halloween que se acerca, me pidieron que escribiera sobre películas de terror producidas en mi país. En el Perú, la producción cinematográfica encuentra varios desafíos y la gran mayoría de cintas son dramas, films históricos o comedias. Me resultó complicado encontrar películas del género encomendado. Quizás, la más famosa cinta de terror peruana sea Cementerio General (2013), sin embargo, no pude encontrar una copia para poder verla. Las dos cintas que voy a comentar tienen un elemento en común, ambas nacen de relatos populares que se han convertido en leyendas de la sociedad peruana. Comparten, además, el hecho de girar entorno a presencias misteriosas o diabólicas que se apoderan de los cuerpos inocentes de quienes se atreven a tentarlas.
Secreto Matusita (2014) es una película, con espíritu de semi documental, que narra la incursión de un grupo de cineastas a la legendaria casa Matusita. Esta última es un edificio abandonado ubicado en el Centro de la ciudad de Lima y de la cual se dice, se encuentra embrujada o poseída por espíritus fantasmales de las personas que alguna vez fueron los dueños del inmueble. El misterio de la casa Matusita es tan conocido en el país que parecía inminente que una cinta de terror peruana gire en torno a él. La película tiene una gran influencia de The Blair Witch Project (1999), filmada con cámaras de mano, con luces infrarrojas en varios momentos, con imágenes que pueden sentir la respiración de los protagonistas y donde la luz de la cámara parece ser la única que se abre paso entre los escombros de paredes caídas y puertas que esconden la maldad detrás de ellas. Esta cinta es un interesante esfuerzo por explorar el género del horror en el cine peruano, a pesar de lo precario de la filmación y las evidentes carencias técnicas de la producción.
Incesto en los Andes: La Maldición de los Jarjachas (2002) pertenece a la filmografía de Palito Ortega Matute, un director de cine nacido en Ayacucho cuyo trabajo es recordado por haber empujado el desarrollo del cine regional (fuera de Lima) y por explotar el género del terror en el camino. Ortega trajo a la gran pantalla una serie de leyendas del mundo andino, filmando en locación en pueblos de la sierras peruanas, utilizando actores de la zona y usando guiones que incluían al quechua. En Incesto en los Andes, la trama gira en torno a espíritus diabólicos que se van apoderando de los pobladores de un pueblo ayacuchano. Los “jarjachas” son criaturas que al apoderarse de sus víctimas los obligan a tener relaciones incestuosas. Esta cinta tiene fuertes colores rojos, grandes espacios nocturnos donde apenas se escuchan las voces de los actores, recreando así la realidad andina del país. Es un trabajo con tono antropológico y que será atractivo para quienes disfrutan de un cine con espíritu “local”.
Ambas cintas mantienen en sus narraciones la esencia del cine de terror. En ambas, se convoca a un sacerdote para que ayude a exorcizar los demonios con los que se encuentran. Las dos películas juegan con sus pocos recursos y se construyen sobre la insinuación antes que usar imágenes gráficas como lo haría una superproducción de Hollywood. Son excelentes opciones para explorar el cine peruano de terror que aun tiene mucho por crecer.
A propósito de esta entrada, quiero mencionar que en el Perú hay un fuerte intento, por parte de un sector conservador en el Congreso, de eliminar el apoyo estatal al cine peruano, en específico al regional. Ojalá no pase. Las dos películas de esta entrada pueden ser vistas en Amazon Prime.