Cuando hacemos el especial de los Oscars intentamos hablar de todas las películas nominadas. Las favoritas, normalmente, suelen ser muy buenas e interesantes y las acabas disfrutando de una manera u otra, todos los redactores quieren encargarse de ellas. Luego, la lista se hace larga y se llega a películas de menos calado, que han tenido alguna nominación por un aspecto concreto, como es el caso de El viaje a París de la señora Harris, nominada a mejor diseño de vestuario.
Entre este segundo bloque puedes acabar encontrando auténticas joyas, otras no tanto. ¿Cual es el caso de la película que nos acontece? Pues ahora os cuento
Sinopsis de la película
Se trata de una nueva adaptación de la novela de Paul Gallico. Dirigida por Anthony Fabian y con guión de Carroll Cartwright, Anthony Fabian, Olivia Hetreed, Keith Thompson (muchas manos son esas).
La señora Harris (Lesley Manville) es una mujer de la limpieza que enviuda (debido a que su marido muere en la guerra) en los años 50 de Londres. Nuestra protagonista es muy animosa y tiene un espíritu luchador, por eso, cuando se enamora perdidamente de un vestido de alta costura de Dior, decide emprender un viaje para conseguir uno y hará lo imposible para hacerse con el vestido.
En el reparto encontramos otros nombres como: Jason Isaacs, Anna Chancellor, Isabelle Huppert, Alba Baptista y Lucas Bravo, entre otros.
Crítica de «El viaje a París de la señora Harris»
Quizás a los amantes de la moda, la alta costura y Dior la película les pueda resultar entretenida. También os digo, desconozco si los vestidos que se muestran son de Dior, si la historia tiene algo de «real», o yo que sé. Sin duda a mi el film me ha aburrido sobremanera. Por momentos parecía una película típica de la sobremesa de los fin de semana. Cuando la señora Harris emprende el viaje a París, la cosa se anima un poco, pero muy poco.
El largometraje tiene mucho de cuento de hadas, y aunque la motivación de la Sr. Harris (conseguir el vestido) me parece superficial, incluso ridícula, si que me gusta mucho lo de ir a perseguir los sueños, liarse la manta a la cabeza y luchar con fuerza. Solo tendríamos que arrepentirnos de las cosas que no intentamos. Toda esa «moraleja» es interesante, pero el resto… nada.
