Esta segunda parte de Sherlock Holmes, a diferencia de la primera, la vi en el cine: Pantalla gigante, calidad de imagen impecable, un sonido envolvente increíble, esas butacas tan cómodas y una excelente compañía… Si, esas características que a veces te hacen olvidar la dolorosa para acceder a todo eso, sobre todo si el film es bueno.
En este caso la película estuvo bien. Muchos la tachan de ser más de lo mismo, crítica tan típica de las segundas partes, y en cierto modo es verdad: La peculiar visión de Guy Ritchie sobre Holmes, Robert Downey Jr. haciendo el gamberro, Jude Law haciendo de su fiel compañero, acción, explosiones, humor y alguna cosa que te sorprende.
Aunque por otra parte creo que este film supera a su antecesor. Para empezar, la chica de la película… estuvo todo el tiempo desconcertándome, pues me sonaba, pero no caía en quien era. Hasta que descubrí que era Noomi Rapace, la protagonista de Millennium, no la versión estadounidense, sino la de la versión original sueca, que tanto me gustó y claro me chocó verla con esa pinta tan decente… y eso que hacía de gitana.
Por otra parte, la historia de esta segunda entrega me pareció mucho más emocionante, con un villano mucho más interesante e inteligente, interpretado por Hared Jarris.
Vamos una buena excusa para pasar una tarde de domingo en buena compañía, porque al final es lo que mejor recuerdo de aquel día.
«La repugnancia que siento por tus atroces crímenes, solo se ve equiparada a la admiración que siento por la forma de perpetrarlos».
