Good Time
Para bien y para mal, Netflix se ha convertido en un elemento presente en multitud de hogares. Con su amplio y variado catalogo audiovisual, es fácil encontrar productos para todos los gustos. Sin embargo, por lo menos en España, también se ha convertido en el lugar perfecto para estrenar películas independientes o de un presupuesto medio que tienden a pasar desapercibidas.
Tras un robo fallido a cargo de dos hermanos, Nick Nikas es enviado a prisión. Su hermano mayor, Connie Nikas, intenta reunir el dinero para la fianza, pero al ver que se trata de una tarea complicada, Connie se verá obligado a ir más allá para poder sacar a su hermano de la cárcel.
Tal y como se puede leer por el argumento, no se trata de algo novedoso. Todos tenemos en la cabeza historias que giran entorno al escapar de un lugar aparentemente inquebrantable, y no me refiero en concreto a una cárcel. Sin embargo, lo que hace que esta película pueda resultar más llamativa es la forma. Aunque esto no supone que se descuide el contenido, todo lo contrario, sino que es la simbiosis perfecta entre forma y contenido.
Y es que jamás se me habría pasado por la cabeza que una cinta de suspense sobre atracos y adentrarse en los bajos fondos urbanos pudiese estar tan estilizada. Pero cuando hablo de estilo quizá la palabra más adecuada sea estridencia. En el film abundan los primerísimos planos de una forma casi asfixiante, una fotografía en la que abunda la oscuridad pero que las luces son en forma de colores fosforescentes y una música a base de sintetizadores envolvente. Pero del mismo modo que es llamativo y puede recordar al estilo de Nicolas Winding Refn solo que sin las metáforas y el ritmo contemplativo, se puede entender que no es un envoltorio para todo tipo de público, pues no me extrañaría que mucha gente lo tildase de cargante.
En cuanto al contenido, evidentemente no inventa la rueda ni lo pretende, pero sí puedo afirmar que guarda varias sorpresas a medida que avanza el metraje, lo cual mantiene el interés del espectador pese a algunas situaciones inverosímiles y que los personajes vengan y vayan un poco a su antojo. Y es frustrante porque los actores hacen muy trabajo con los escasos minutos que tienen en pantalla, lo que se traduce a un pobre desarrollo de personajes para la mayoría. Pero no nos engañemos, el protagonista absoluto de la película es Robert Pattinson. Él lleva todo el peso de la acción sobre sus hombros y aguanta los primerísimos planos con muchísima dignidad. Si bien es cierto que había tenido la ocasión de ver al actor en papeles más secundarios, puede levantarse y decir con orgullo que sus días en Crepúsculo quedan ya muy lejos.
Solo tengo un pero con su personaje. Partiendo de la base que Connie por tratar de solucionar un problema se acaba metiendo en líos más grandes creando un efecto bola de nieve digno de la filmografía de los Coen, puedo entender que salga airoso de una cuantas situaciones imposibles, pero llegando casi al final no pude evitar pensar que vaya suerte ha tenido para librarse de todo lo que se le venía encima. Además, la concepción sobre él cambia, pues al principio tiene un motivo noble como es sacar a su hermano de la cárcel, pero cuanto más lo intenta, a más gente se lleva por delante sin importarle nada, convirtiéndose así en alguien muy egoísta.
En resumen, se trata de una cinta con un estilo muy peculiar que inevitablemente, la amas o la odias. Pero al encontrarle más virtudes que defectos, se entiende en que grupo me posiciono.